viernes, 4 de septiembre de 2015

DEL EMPLEO TURÍSTICO

Advertíamos ayer mismo de las consecuencias que tenía un sistema económico productivo excesivamente dependiente de factores como la estacionalidad. Las últimas estadísticas sobre el mercado laboral lo corroboran. Que en el último día de agosto la Seguridad Social haya perdido a más de trescientos treinta mil afiliados, es decir, a razón de doscientos treinta y un despidos por minuto, es para que la ministra de Empleo y Seguridad Social, Fátima Báñez, tan sonriente y eufórica a la hora de anticipar los datos favorables del mercado laboral, siga encomendándose a la Virgen del Rocío para volver a la tendencia anterior, sobre todo ahora que el ladrillo vuelve a cotizar alto.
¿Y qué decir, en ese contexto, del empleo turístico? Hay algunas cifras que invitan a un serio debate en el que los agentes sociales, empresarios y sindicatos, propicien alternativas -a ser posible, consensuadas- que favorezcan la superación de los problemas estructurales que se han ido amontonando, pese a los datos de crecimiento de afluencia y alojamiento de visitantes. Ya saben: precariedad laboral, carencia de formación adecuada, pérdida de profesionalidad, desinterés por el talento, reticencias a la innovación…
El World Travel & Tourism Council (WTTC), instituto que agrupa a las principales compañías turísticas multinacionales, acaba de señalar que en nuestro país el turismo sostiene 2,7 millones de empleo de manera directa, indirecta e inducida. Eso significa dar trabajo a más personas que cualquier otro sector, excepto la educación y el comercio minorista. El WTTC señala que, en términos de porcentaje de trabajadores ocupados sobre el total de la economía española, el sector turístico “genera, directa o indirectamente, el 15,3% del empleo total en España”. Además -pondera- por cada trabajo directamente creado, son creados otros dos puestos de manera indirecta o inducida, “siendo estos vínculos más fuertes que en los sectores de la agricultura o la educación”.
Entonces, siendo evidente que el turismo es un pilar fundamental en la economía productiva del país, hay que tomar en cuenta el hándicap de la estacionalidad y sus derivados estructurales a los que nos hemos referido. La patronal se basa en las cifras para argumentar que las cosas van razonablemente bien: Exceltur, una organización que refleja el compromiso personal de un grupo muy significativo de líderes y máximos responsables de las principales empresas turísticas españolas, señala en su último informe trimestral que a finales de junio pasado había 73.820 afiliados a la Seguridad Social más que un año antes.
Dice su director de estudios, Oscar Perelli, que “el sector está demostrando una capacidad de creación de empleo más intensa que el conjunto de la economía. Ha conseguido generar nuevas ocupaciones durante veinticuatro meses consecutivos”. Pero advierte que la forma de crear más y mejor empleo pasa por cambiar el modelo turístico, especialmente de sol y playa, con el fin de captar clientela con mayor poder adquisitivo. “El reposicionamiento de los destinos -indica Perelli- permite generar mejores puestos de trabajo, tanto en remuneración como en reconocimiento social”.

Sin embargo, fuentes sindicales ponen reparos a estas apreciaciones. De ellas nos ocuparemos en otra entrada. En cualquier caso, es evidente que, con los elementos y los datos disponibles, se precisa ese debate para armonizar intereses empresariales y laborales comunes, así como para mitigar, cuando menos, los problemas estructurales que, de alguna forma, siguen lastrando el sector  y su aportación al conjunto de la productividad económica del país.

2 comentarios:

zoilolobo dijo...

En el caso de Canarias ¿que otro modelo turístico ofrece que no sea el de SOL Y PLAYA?

Saludos. Zoilo

Anpasab dijo...

Ninguno. Canarias sigue siendo y será un destino privilegiado de Sol y Playa. Mejor dicho privilegiado por su Clima.

Un fuerte abrazo.

Antonio Pastor.