Hay que producir contenidos para cualquier pantalla.
Esa es la conclusión a la que se llega tras un análisis sobre tendencias del
periodismo para el presente año, realizando en un ‘hangout’, esto es, una
aplicación de mensajería instantánea de la que destaca su sistema de llamadas
telefónicas y de videoconferencia. En plural, ‘hangouts’ es una funcionalidad
incluida en la plataforma Google+.
Se
pone de relieve, por tanto, que tanto el soporte móvil como el video se
convierten en auténticos retos para el periodismo de nuestros días y del
futuro. Eso significa que estamos ante una innovación que exige una pronta
asimilación o adaptación teniendo en cuenta lo que va a repercutir, por
ejemplo, en la recepción de información. Ahí cobran cuerpo las notificaciones
concebidas para eso, para recibir información. Saber que tan solo The New York Times cuenta con una
sección de once profesionales dedicados a elaborar y programar notificaciones
nos aproxima a la importancia de esta herramienta. En efecto, el uso de
notificaciones para disponer de ese tipo de información se duplicó el pasado
año en numerosos países, tal es así que algunos autores se plantean conceder a
las notificaciones el rango de nuevo medio.
Por lo
que concierne a los avances del denominado video on line y para dispositivos móviles, empieza a sobresalir el
sistema vertical. Y es que las firmas especializadas dedicadas al estudio de
estas modalidades detectan que, tan solo en Estados Unidos, una tercera parte
del tiempo dedicada a visualizar entregas en video se lleva a cabo en una
pantalla vertical. Hace seis años, apenas era un 5%. Este otro dato confirma la
tendencia: la plataforma de Internet Youtube,
que permite a sus usuarios subir y ver videos, aumentó en 2015 un 50% las
visualizaciones verticales. A este ritmo -los registros de otros portales son
mareantes- está claro que no hablamos de un fenómeno pasajero.
En el
citado ‘hangout’ se habló también de los formatos envolventes, que consisten en
acceder a videos elaborados en 360 grados para meternos de lleno en la realidad
virtual. Si su crecimiento, como se ha indicado, es notorio, la incidencia en
las redes sociales, mediante los formatos largos, empieza a ser considerable.
Se consolidan, además, las aplicaciones de mensajería que no solo se utilizan
para chatear sino que incentivan la producción y el intercambio de contenidos.
Con
todas estas opciones, desarrolladas en un intenso y vertiginoso proceso, está
claro que hasta las mismas redes sociales ampliarán su radio de acción, es
decir, no solo servirán como enlaces o meras interconexiones. Las plataformas
habrán de animar a los editores a elaborar contenidos originales y específicos.
El siguiente paso, por tanto, admitiendo que estas nuevas modalidades se
convertirán en lugares comunes, es cómo atraer a la audiencia. Es un
estimulante de la competitividad y de la competencia.
Algunos
de los participantes en esta aplicación terminaron preguntándose si es
necesario tener aplicación propia. Surge ahí una dicotomía pues, por un lado,
sus partidarios estiman que sufren menos bloqueadores de anuncios, facilitan el
envío de notificaciones y la velocidad de ejecución sigue siendo mejor que la
web móvil; pero, por otro, según ha podido probarse, los usuarios, pese a las
descargas, apenas abren el 30% de las aplicaciones instaladas en sus unidades.
En
fin, tendencias de una nueva era para el periodismo, para el modus operandi de los profesionales y
para el modelo de negocio. Una era en la que está obligado seguir aprendiendo y
que resulta tan apasionante o más que las ya vividas.
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