domingo, 1 de febrero de 2009

CURSO DE ESPAÑOL PARA EXTRANJEROS

Es un clásico. Uno de esos nombres que se memorizan de por vida. Una de las pocas convocatorias que han sobrevivido en la ciudad, tan dada a devorar iniciativas y entidades, por falta de apoyos, de entusiasmo, de identificación y hasta de constancia por parte de mentores y dirigentes.
Es un clásico el Curso de Español para Extranjeros, uno de los hijos predilectos del Instituto de Estudios Hispánicos de Canarias (IEHC), medalla de oro del Puerto de la Cruz en 1990, y vinculado estrechamente a la Universidad de La Laguna que siempre fue sensible con esta convocatoria merced a la cual centenares de ciudadanos de muy distintas nacionalidades han podido conocer y enriquecer sus conocimientos de la lengua castellana.
Hasta el próximo mes de marzo se desarrolla su 54ª edición, en los distintos niveles que han sido programados. Consta que hay extranjeros que hacen coincidir su etapa vacacional -otra prueba de la fidelización- con los dos meses que dura el curso. Como consta que otros muchos presumen luego de haber aprendido o de haber escrito sus primeros trabajos en español a raíz de haber recibido las correspondientes enseñanzas.
El Curso de Español para Extranjeros es una aportación extraordinaria al acervo cultural e histórico. Más de medio siglo proyectando la lengua de Cervantes, universalizándola. Con recursos modestos. Pero con indudable rigor, con una voluntad indomable que han acreditado los sucesivos equipos directivos del Instituto y los profesores que han intervenido impartiendo clases y conferencias.
En marzo de 2004, coincidiendo con el cincuenta aniversario, propusimos al pleno del Ayuntamiento del Puerto de la Cruz instar al Cabildo Insular a que iniciara la incoación del expediente para la Declaración de Bien de Interés Cultural (BIC) a favor del Curso de Español para Extranjeros. El acuerdo fue aprobado por unanimidad pero luego no hubo suerte: no sé si faltaría entusiasmo o interés para su defensa y para su materialización, pero lo cierto es que no prosperó. Es una de esas cosas incomprensibles de esta tierra.
Un fragmento del texto de la propuesta: “La continuidad de la iniciativa, la proyección de ésta en amplios círculos intelectuales del extranjero, la cantidad y fidelidad del alumnado, la implicación de la Universidad lagunera, la participación de destacados profesores e investigadores y la contribución del curso al aprendizaje y difusión de la lengua castellana son factores que merecen ser tenidos en cuenta a la hora de destacar los valores pasados y presentes de este Curso”.
Planteábamos, en definitiva, que había fundamentos para considerar que esta actividad representa una obra cultural e intelectual que puede acogerse a los establecido en la Ley 4/1999, de 15 de marzo, de Patrimonio Histórico de Canarias, a efectos de ser considerado Bien de Interés Cultural (BIC).
Se trata de que tan valiosa aportación se vea respaldada, protegida y tutelada en disposiciones legales vigentes de modo que innoven, cualifiquen y garanticen sus ediciones futuras.
No pudo ser entonces. Igual con otro empujón en nuestros días se está a tiempo de retomar ese intento de conferir al Curso de Español para Extranjeros un sello que sirva para las finalidades apuntadas y realzarlo desde otros niveles una vez superado el medio siglo de existencia.
Que ya es mérito, ya.

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