miércoles, 3 de mayo de 2023

"TODO VA BIEN" PERO...

 

“Todo va bien”, es el mensaje que la Unesco invitaba a escribir para conmemorar el Día Mundial de la Libertad de Prensa que tiene hoy, 3 de mayo, un lugar reservado. Pero no hay que confundirse ni dejarse arrebatar por un exceso de optimismo o un canto idílico. Hay que precisar: si todo va bien en el ámbito noticioso, es que entonces algo va mal en el periodismo. Y cuando esto ocurre, cuando algo va mal, es que el ejercicio profesional se ha complicado casi sin tregua hasta el punto de ser un freno a la protección de los derechos humanos, por resumir.

No, claro que no son buenos tiempos para la lírica, siguiendo aquella canción del grupo Golpes Bajos, de modo que hay que moverse con el máximo realismo posible, conscientes de que hay que dignificar la profesión y lo que es más importante: afrontar sin ambages los problemas que caracterizan el periodismo de nuestros días, sabiendo el calado de los cambios que está produciendo la denominada revolución digital.

Por lo tanto, nada de resignación ni conformismo y mucho menos, de autocomplacencia. Al revés, renovemos el espíritu de superación y luchemos con todos los recursos que pueda inspirar la vocación para actuar de forma cabal y consecuente, con sentido de la responsabilidad e imbuidos de un afán motivador para doblegar los problemas que afectan al periodismo y sus servidumbres.

La directora general de la Unesco, Audrey Azoulay, ha sentenciado que “la libertad de prensa es la piedra angular de las sociedades democráticas”. Y lanza una advertencia: “Sin un debate de ideas, sin hechos comprobados y sin una diversidad de perspectivas, la democracia es solo una sombra de sí misma”. Por consiguiente, no exageramos cuando, en el análisis cotidiano de las cuestiones que inciden en la comunicación de nuestros días, afirmamos que muchas de ellas afectan a la convivencia democrática o significan de hecho un peligro para el propio sistema.

Porque hay que erradicar la desinformación. Y seguir luchando contra la impunidad de los crímenes contra periodistas. Y garantizar que los medios independientes puedan seguir funcionando. Y cumplir con el mandato sagrado de que la información continúe siendo un bien común en la era digital y en la sociedad del conocimiento. Y luchar contra la precariedad en el empleo. Y redefinir el papel de las redes sociales para que nadie se llame a engaños.

Azoulay estima que “la cuestión es fundamental ya que se trata tanto de proteger la libertad de expresión como de luchar contra la desinformación y el discurso de odio”.

El 3 de mayo sirve, en fin, para recordar a los gobiernos de todo signo la necesidad de respetar su compromiso con la libertad de prensa, como lo es también un día de reflexión entre los profesionales de los medios de comunicación sobre cuestiones de libertad de prensa y ética profesional. Igualmente importante, el Día Mundial de la Libertad de Prensa es un día de apoyo a los medios de comunicación que son blanco de las restricciones, o abolición, de la libertad de prensa. Igualmente, es un día de recuerdo para los periodistas que perdieron la vida en la persecución de una noticia. Querían cumplir con el sagrado deber de informar. Buscar la verdad y trasladar a la ciudadanía el fruto de su dedicación.

O sea, como afirmación para conmemorar la fecha, está bien, todo va bien, pero conscientes de que la realidad es a menudo muy dolorosa.

No hay comentarios: