lunes, 25 de septiembre de 2023

AQUELLAS VIEJAS POLÉMICAS...

 

La prestigiosa periodista colombiana, Yolanda Ruiz, galardonada con el premio ‘Simón Bolívar’ en 1987 y 2008, presentadora del Noticiero Universal ‘En Vivo’, de la televisión nacional, se posicionó hace unas fechas, en un pódcast muy solicitado, sobre la duda que le trasladaron: ¿Debe hacer el periodista periodismo de periodistas o medios? ¿Está entre los deberes criticar y denunciar al periodismo oficialista o al de oposición?

Su trabajo refrescó una de las frases más populares entre los periodistas: “perro no come perro”, un auténtico adagio popular. Ruiz recomendó que “como todos los ciudadanos, los periodistas debemos estar abiertos al escrutinio de los ciudadanos y a la crítica. Que esa crítica se haga desde los mismos colegas, no solamente es ético, sino necesario”.

De todas formas, recalcó que este tipo de críticas se deben hacer con mucha profesionalidad, evitando convertir a los periodistas en parte de la farándula, frivolizando su labor. En la actualidad, en nuestro ámbito más inmediato, no abundan los reporteros o los redactores que documentan la corrupción del gremio o de la profesión. Tampoco los medios que conceden un tratamiento en sus páginas, emisoras de radio, canales de televisión o portales en la red.

En otras épocas, en pleno franquismo sin ir más lejos, menudearon las polémicas entre periodistas, fruto de puntos de vista o criterios distintos, inducidos inicialmente por algún motivo más o menos insustancial, hasta que cobraban cuerpo por un quítame allá determinados antecedentes familiares, laborales o vínculos profesionales. Y entonces se desataban los resquemores, las envidias, los revanchismos… los personalismos, en definitiva. El empleo de esos reproches, a veces con un lenguaje soez e hiriente, terminaba por apagar las controversias, que se diluían sin gran afán de reeditarlas. Los lectores o los oyentes más fieles y constantes eran los que hacían juicios de valor sobre el estilo y las ocurrencias, o tomaban partido por alguno de los polemistas.

El dilema de si los periodistas deben estar atentos e intervenir desde un ángulo crítico también fue objeto de varias respuestas del maestro del periodismo colombiano, Javier Darío Restrepo. En ellas ha coincidido en dar el aval de publicar críticas, siempre y cuando se trate de un ejercicio que al final sirva a los lectores y a la sociedad a entender mejor la realidad.

“Desde este punto de vista no aparece ninguna contradicción en el hecho de que un medio señale los errores de otro medio, si esto es necesario como advertencia para el receptor de información y no un truco deshonesto para combatir a los medios de la competencia”, ha afirmado Restrepo, quien  recuerda que la primera lealtad del periodista no es ni con su empresa, ni con los otros medios, sino con el lector, oyente o televidente.

¿Hasta qué punto criticar a colegas de otros medios de comunicación? ¿Qué pensar de los periodistas que han convertido estas críticas a colegas en su principal bandera? ¿Qué tan destructivo o mordaz puede llegar a ser ser el lenguaje utilizado en estas críticas? ¿Pierde credibilidad ante sus lectores el medio que jamás publica críticas a otros medios? ¿En realidad existe ese “pacto de silencio” para que los periodistas no se critiquen unos a otros? ¿Cómo proceder cuando encontramos que colegas de otros medios plagian o reciben incluso coimas para publicar cierta información?

'Perro no come perro', en fin,  es un refrán que se sigue utilizando en la vida diaria y, también, en el ámbito de muchas profesiones y trabajos. Hace referencia a que la mayoría de animales carnívoros no se alimentan de los de su misma especie, haciendo la comparativa con que una persona de cierta clase o grupo no debe ir en contra de otro igual. 

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