miércoles, 23 de noviembre de 2011

VOTOS PRESTADOS

Es anecdótico pero revelador: hasta siete personas en el círculo de amistades más próximo, votantes del PP, consultadas cuarenta y ocho horas después de la jornada electoral sobre quién era la segunda senadora por la isla, dijeron desconocerla, no saber su nombre.

-Entonces, ¿votaste por alguien si saber siquiera de quién se trata?

La respuesta -afirmativa, claro- puede ser explicativa de los resultados pero mucho más de las tendencias. Fueran quienes fueran los candidatos y las candidatas, el afán de castigo -ya señalado- y la voluntad de cambio político impulsaron el sentido del voto. Teniendo en cuenta la millonaria disminución de apoyos a los socialistas, hasta el incremento de quinientos mil sufragios para los populares puede parecer corto.

Surge entonces la teoría de los votos prestados. Fue Felipe González, en 1982, quien primero la reconocía, calculado el techo de la fidelidad de los votantes y el aumento experimentado en aquella otra histórica consulta.

Rajoy también ha recibido votos en préstamo. Esos quinientos mil de crecimiento en relación con la convocatoria anterior o la cantidad que se quiera estimar. Votos "a ver si cambia esto" o votos "aunque estoy lejos de la ideología conservadora" o votos "porque los que estaban no merecen seguir" o votos "aunque no convencen ni concretan lo que van a hacer". Cualquier razón pero prestados, es decir, de igual manera que ahora se ha producido un desplazamiento, más adelante se produce otro en sentido inverso, sobre todo, si las expectativas no se corresponden.

¿Con qué? Pues con lo urgente, lo palmario, lo importa, lo que interesa: empleo, la vivienda, las hipotecas..., el bienestar, en definitiva. Esos han sido móviles de los votos, quienes se sumaron al cambio esperan muchas de esas cosas, aunque hayan votado sin saber por quién lo han hecho. Sólo la referencia de las siglas: nada de modelo, nada de programa, nada de ofertas y, en muchos caso, da igual las personas.

En esas circunstancias, apremiados por las necesidades y evaporadas las ideologías, no es de extrañar, desde luego, que haya una bolsa con miles de votos prestados. "A ver si cambia esto".

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