miércoles, 21 de marzo de 2012

LA VIDA SIGUE (SIN ELLOS)

Han desaparecido como por ensalmo.
¿Qué habrá sido de los mercados?
¿Y de las primas de riesgo?
¿Y de las agencias de calificación?
¿Y de los indignados?
Ya no están, ya no influyen, ya no son recurrentes...

De acuerdo en que todo pasa y todo queda. Lo suyo fue pasar, en efecto, haciendo caminos -y boquetes- en las economías de los paises, en los sistemas financieros asfixiados hasta el túetano de una posible intervención, en los foros bursátiles que semejaban un tíovivo incontrolado, en los desesperos y las frustraciones individuales y colectivas, alumbrando no se sabe qué difusas e imperceptibles luces de esperanza...

Del pasado efímero, con permiso del poeta.

Apenas nos acordamos de todo eso. De aquellos agobios mediáticos.

Ya no abren informativos radiofónicos ni ocupan espacio en primeras páginas.

Se han diluido todos esos hechos y factores que hace unos meses se hicieron cotidianos y nos envolvían hasta la pesadumbre extenuante.

Apretaban pero no ahogaban.

El caso es que ya no están.

Y la vida sigue.

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