Han vuelto.
Jóvenes y menos jóvenes, preferentemente hombres, las lucían hasta como una señal de distinción. El modelo clásico, ya saben: cristales verdosos, finas varillas doradas... El estuche, bien en la mano bien entrelazado al cinturón, igualmente tenía su encanto.
-Estoy ahorrando para las "Ray Ban"-, se escuchaba entonces.
Y es que, en aquellos años, no eran baratas. Y sólo se podían adquirir en determinados establecimientos. Además, había que sortear las imitaciones o las falsificaciones. Los avispados descubrieron pronto las señas de identidad: unas minúsculas iniciales tintadas en blanco sobre la parte superior de los dos cristales y la inscripción de la marca sobre el soporte central que unía las monturas de las lentes. Algunos actores las popularizaron y contribuyeron a las ansias de posesión, cuando el término "look" no se empleaba para estas cosas de la estética y de la imagen.
Luego apareció otro modelo y en distintos tamaños: todo en un negro rompedor.
Pasó el tiempo y surgieron nuevas marcas, otros diseños, otras líneas. "Ray Ban" perdió la carrera y se convirtió en una reliquia, en un vestigio del pasado.
Hasta que alguien las ha rescatado y de nuevo se las ve en circulación. Es el turno de las mujeres, puede que las mismas que impulsaron su arrinconamiento y se dejaron llevar por el vanguardismo. Es el toque "fashion". Lo han rescatado y les toca a ellas lucir complemento ocular y así se las ve, guapas y atractivas, rostros al viento en las mañanas y mediodías primaverales.
Otra vez los cristales verdes y las finas varillas doradas.
Han vuelto.
1 comentario:
Salvador muy interesante tu reflexión sobre las Ray Ban pero creo que siempre han estado de moda.
Saludos,
Nardy Barrios
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