Habrá que estar atentos con la evolución económica de
Alemania, un país emisor determinante para el turismo español y más
concretamente para Canarias. Un crecimiento económico del 1,2%, inferior al
previsto (1.6%) por el Gobierno de Angela Merkel, hace que se hable ya de
resfriado. Si la coyuntura se suma a la fuerte caída del mercado ruso, en las
islas hay que estar preocupados.
Son dos
hechos que frenan la racha favorable que caracteriza al sector en los últimos
tiempos. Cierto que las autoridades alemanas hacen gala de prudencia, aun
cuando reconocen el bache que, para el ministro de Economía, Sigmar Gabriel,
“no es una catástrofe”. Y es que, según Gabriel, Alemania sigue su curso de
crecimiento y las perspectivas negativas no son más que una fase de debilitamiento.
La tranquilidad que supone el mantenimiento de la tasa de inflación (0,8%) en
los mismos niveles de julio y agosto hace que las alarmas no se hayan
disparado. Pero para 2015 las previsiones de crecimiento del Producto Interior
Bruto (PIB) son del 1,3%, algo lejos del 2% inicialmente anunciado.
Leamos
algunos datos para contrastar la situación. Según Turespaña, la llegada de
turistas alemanes a España, de enero a agosto del presente año, se incrementó
en un 7,5%. El gasto total subió en torno al 7%, en tanto que las
pernoctaciones hoteleras crecieron solo un 1,3%. Las estadísticas de Aena, por
otro lado, registran un aumento de seiscientos cincuenta mil asientos, un alza
del 6,7%. Aquí aparece Canarias con unas cifras destacadas pues con un crecimiento
de doscientos ochenta y cinco mil asientos (un 20% más) encabeza, por delante
de Madrid y Baleares, las subidas en ese capítulo. En volúmenes globales, la
variación interanual de las rutas Alemania-España aumentó un 3,3% en
septiembre, pero descendió, en lo que llevamos de octubre, un 1,7%.
Algunos
expertos y profesionales, en efecto, habían advertido las incógnitas que
entrañaba el flujo emisor germano no solo por la marcha de su productividad
económica sino por los contingentes que prefirieron el Campeonato Mundial de
Fútbol en Brasil, donde los estadios fueron vistas importantes cantidades de
aficionados alemanes. Y es que el Instituto de Investigación Turística de aquel
país (FUR), en un estudio del que se hace eco Turespaña, “el consumidor alemán
mantiene el viaje vacacional como una prioridad con poca dependencia de la
coyuntura económica, especialmente si se trata del viaje principal del año”. El
problema, según fuentes empresariales, es que los turistas de Alemania empiezan
a interesarse y a preferir los denominados “destinos de largo radio” y citan
Marruecos, México, República Dominicana y Emiratos Árabes como países que ya
registran estimables cifras de afluencia y gasto germánicos.
Quedan dos
meses para acabar el año y estas tendencias determinarán el curso de un mercado
emisor que para nuestro país, después del Reino Unido, es el más importante. Los
alemanes dan estabilidad en todos los sentidos, solía decir el propietario de
un establecimiento hotelero que trabajaba todo el año con ellos. A ver si se
mantiene la tónica.
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