martes, 7 de noviembre de 2017

UN RIÑÓN PARA BARRETO





Han trasplantado un riñón a Pedro Ángel Gómez Barreto, periodista deportivo, mitad portuense, mitad ramblero, siempre tinerfeño y, lo que es más, permanentemente atento a la evolución del deporte en la zona norte. Seguidor impenitente del fútbol regional, tomó el testigo de antecesores que los fines de semana hacían lo imposible por mantener informado al personal de todos los resultados de todas las categorías de todas las modalidades deportivas.

En efecto, era usual ver a Gómez Barreto en canchas y polideportivos, tomando notas, recibiendo informaciones de otros campos e interviniendo en directo, telefónicamente, para los programas radiofónicos que aguardaban su puntual testimonio informativo. Un todoterreno del periodismo deportivo que incursionó, junto a José Manuel Martín y Gregorio Dorta, en la edición de una revista, Peñón Deportivo, que circuló durante unos años hasta que, como tantas otras cosas en el Puerto, desapareció. Ese trío editó también un libro sobre la historia de un célebre Puerto Cruz-Silense que significó un impulso extraordinario al fútbol portuense, hegemónico pocos años después en el contexto regional.

Por lo tanto, Gómez Barreto es de los informadores sensibles, de los que se ha interesado por el pasado del deporte y por su presente. Aún hoy, alterna su labor funcionarial cotidiana en el Ayuntamiento de San Juan de la Rambla, con el suministro de datos, crónicas y resultados a varios medios escritos y audiovisuales. Por si fuera poca la actividad, aún se le ve de presentador y animador de presentaciones de equipos y otros menesteres deportivos. Su pregón de la cuarenta y seis edición del Trofeo Teide de fútbol fue muy comentado. Por la exactitud de los datos y por su amenidad. Cuando lo leyó, ya se le veía afectado. Aún así, cumplió con el encargo. La Asociación de la Prensa Deportiva de Tenerife (APDT) le distinguió con su insignia de oro.

La fe y el entusiasmo de Pedro Ángel Gómez Barreto le valen, por supuesto, para superar el quebranto de salud, de ahí que la lectura del pregón del Trofeo Teide le sirviera de estímulo. Y a sus amistades y compañeros, de gratificante compañía. Como ahora, saber de la noticia de su intervención y de las ganas que pone en su superación. Estamos pendientes de su evolución. Y deseamos una feliz y pronta recuperación: el deporte norteño le sigue necesitando.

Su testimonio, desde luego, en aquella oportunidad, fue muy valioso. Un buen amigo, un informador comprometido con el deporte, un funcionario cabal. Ahora tiene que reponerse y salir adelante. Pues hay que celebrar, entre otras cosas, el encuentro navideño de “Los magos del norte”, cariñoso título con el que se agrupan los comunicadores deportivos de esta zona. ¡Ánimo!

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