Su nombre es calle La Verdad. Pero popularmente, en todos lados, se la conoce o identifica -nadie sabe por qué- como “callejón cagado” (y no hay más remedio que entrecomillar). Es peatonal, está en pleno casco, en pleno centro del Puerto de la Cruz y une las vías San Felipe y Puerto Viejo.
La Verdad, “callejón cagado” o “Caca street” -que ésta es otra denominación reciente aportada por uno de sus vecinos y que sin duda representa uno de esos geniales toques sarcásticos que identifican al portuense- ha sido noticia durante las pasadas fiestas navideñas porque fue el escenario escogido por el Gobierno de Canarias para ambientar su felicitación que emitían las televisiones.
Los creativos se inspiraron, sin duda, en la particular celebración que desde hace años hacen los vecinos de la calle en la tarde/noche del 2 de mayo, vísperas de la fundación de la ciudad. Allí montan mesas y tableros y degustan las especialidades que hacen las amas y los amos de casa: todos comen de todos, todos intercambian y saborean a su gusto exquisitos manjares, auténtica comida casera.
Allí se reúnen, en un clima de sana cordialidad, chicos y grandes, abuelos y nietos, padres e hijos, que han ido fomentando un clima vecinal apropiado en una de las más singulares vías del municipio. Y allí se suman muchas personas, bien invitados bien curiosos bien vecinos de calles próximas, que participan de la cuchipanda y del jolgorio que caracterizan la tradición.
Singular por su fisonomía: angosta (tanto, que en la intersección con San Felipe apenas pueden cruzarse dos personas sin rozarse), con diversas tipologías constructivas (casas terreras o de planta alternan con edificaciones más modernas), con dos establecimientos comerciales y una antigua pequeña carpintería. No falta la cruz, una más de las que son enlucidas o engalanadas en todo el término municipal precisamente en las vísperas de la festividad aludida.
La calle está adornada con plantas y vegetación en las fachadas de las viviendas hasta configurar una suerte de exotismo o de notorio cuidado medioambiental.
Pues ese escenario y ese espíritu alegre y desenfadado de los vecinos de La Verdad son los que el Gobierno de Canarias quiso plasmar para transmitir al resto de la Comunidad. En la calle, al aire libre, con iluminación especial, con ambientación apropiada -cabe rescatar el célebre “¡Música, luz y alegría!” que rubricaba ciertas fiestas locales- y con mensaje de participar o compartir, esta tradición vecinal -¡quién se lo iba a decir a los promotores!- adquirió rango televisivo para la posteridad. Muchos de los propios vecinos hicieron de figurantes en el spot.
Así, la calle de denominación tan rigurosa y solemne, paradójica y escatológicamente vulgarizada, irónicamente rebautizada con deliciosa finura anglicista, ha ganado también proyección por esos valores que unos creativos asimilaron sin excesivas complicaciones.
Otro motivo, otra contribución. El Puerto, siempre el Puerto.
sábado, 10 de enero de 2009
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3 comentarios:
Un verdadero placer haber llegado hasta aquí. Me encanta leer el anecdotario de mi ciudad que personas como usted comparten con tanta frescura.
Gracias por seguir escribiendo.
Quien le puso el mote de "Callejón Cagado" tendrá que desdecirse ahora. Hoy es una las calle más bonitas del Puerto de la Cruz.
Salvador:
Te he enviado por correo una foto de la Calle de la Verdad por si quieres ilustrar esta interesante crónica.
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