La
inminente desaparición de la cooperativa ‘Cosmar’, que tiene a su cargo, desde
hace varios años, la explotación de los servicios que ofrece el complejo
turístico “Costa Martiánez”, inspiró la elaboración de esta serie de artículos
cuya conclusión es la necesidad de afrontar un nuevo modelo de gestión que
permita recupera y revitalizar la considerada “joya de la Corona” de la ciudad.
Las circunstancias actuales son
distintas a las del año 2007, cuando las informaciones de una gestión indirecta
o privatización, mediante una concesión administrativa del Ayuntamiento, se
extendieron significativamente. Entonces, tratando de preservar a toda costa la
titularidad pública y aprovechar la experiencia acumulada, abogamos por el
mantenimiento del ‘statu quo’. Era nuestra recta final en el Grupo Municipal
Socialista del que formábamos parte y la iniciativa sirvió para frenar las
intenciones que se tenían. Quizá la proximidad de las elecciones locales de
mayo de aquel año hizo dudar al gobierno local de entonces, hasta el punto de
que, según nos dijeron algunas fuentes, unos estudios preliminares de los que
disponía quedaron en la gaveta. Ni siquiera se atrevieron a incluir la
pretendida privatización en el programa electoral respectivo.
El pleno de la corporación, reunido el
15 de enero de 2007, en sesión extraordinaria, trató la propuesta de acuerdo
socialista que se transcribe a continuación:
“El complejo turístico “Costa Martiánez”
constituye una de las señas de identidad del Puerto de la Cruz.
En
efecto, el tratamiento dado durante más de una década a una amplia extensión
del litoral del municipio, precisamente la más próxima a una de sus principales
concentraciones alojativas, representa una singular concepción de instalaciones
que ha significado un núcleo esencial en la oferta turística.
Hay
aportaciones valiosísimas de entidades, personas y profesionales que volcaron
imaginación y energías en la materialización de una actuación sin precedentes
en Canarias. Valga resumir el conjunto de las mismas en la figura de César
Manrique, genio universal e inspirador de una realización emblemática así como
director de un extraordinario grupo de profesionales y técnicos.
Hoy
en día, el complejo engloba desde las antiguas piscinas del desaparecido ‘Lido
San Telmo’ hasta el “Monumento al mar” que limita con la escollera de
protección de la playa Martiánez. Comprende una superficie de cuarenta y seis
mil metros cuadrados. Se halla dividida en tres zonas: una primera conformada
por las citadas piscinas de San Telmo; la segunda, parte central, configurada
en “Los Alisios”, donde figuran un original grupo escultórico móvil y “La
Jibia”, que imita con suaves ondulaciones la morbidez de un enorme cefalópodo;
y una tercera, en el Levante, que constituye el “Lago”, con cinco islotes de
forma asimétrica, expresión o vocablo coloquial con el que se identifica la
gran obra y el complejo en sí mismo considerado. El mayor de esos islotes
cuenta con una estructura cimentada bajo el nivel del mar y varias esculturas
entre las que destacan los monumentos “Homenaje al mar”, “Barlovento”, “Las
raíces al cielo” y “Homenaje a William Reich”.
Forma
parte del conjunto un paseo que discurre junto a la avenida de Colón, dotado de
parterres, jardines, pérgolas, bancadas y superficies blanqueadas.
La
Consejería de Educación, Cultura y Deportes del Gobierno de Canarias aprobó, en
junio de 2005 (Boletín Oficial de Canarias, número 108, del viernes 3 de junio)
la declaración del “Lago de la Costa de Martiánez” como Bien de Interés
Cultural (BIC), con categoría de Jardín Histórico.
En el
año 2006, por cierto, culminaron las obras de reacondicionamiento convenidas
con el Cabildo Insular de Tenerife
durante el mandato 1999-2003 así como el traslado de las instalaciones y
dependencias del antiguo Casino Taoro, respondiendo así a la visión de futuro
que derivaba de la voluntad de la revitalización del acuñado “corazón turístico
de la ciudad” que incluía, dicho sea de paso, actuaciones en la línea de
dominio marítimo-terrestre que próximamente serán ejecutadas. Todo hecho con
dinero público. La inversión total se acerca a 50 millones de euros.
A
propósito: las obras a que se hace referencia en el párrafo anterior fueron
dirigidas y supervisadas por los mismos ingenieros, arquitectos y profesionales
técnicos que décadas anteriores habían
trabajado con el sin par artista lanzaroteño. El proyecto contó con la
aprobación de la Comisión Insular de Patrimonio y de la Fundación “César
Manrique” que llegó a introducir correcciones para preservar aspectos originales
de su diseño.
No se
entiende el desarrollo del Puerto de la Cruz sin el haber del complejo “Costa
Martiánez”. Significó un cambio extraordinario en la evolución de la oferta del
municipio hasta resultar determinante para erigirse en un destino turístico
diferenciado.
Convertir
aquella amplia extensión de bajío y playa, ganando superficie al mar,
protegiéndola adecuadamente y dotándola a posteriori, en distintas etapas, de
atracciones y llamativos reclamos, fue una obra de colosal dimensión en la que
hay que consignar, por derecho propio, la generosidad del pueblo portuense que
supo entender cómo su “playa natural de toda la vida” se convertía en moderna
instalación acuática, recreativa y de ocio para cuyo disfrute contó siempre con
precios ventajosos. Era, en el fondo, todo un derecho.
El complejo “Costa Martiánez” debe
seguir siendo un recurso primordial de la oferta turística del municipio. Los
antecedentes y las características del espacio aconsejan que éste siga siendo
de titularidad pública y que su gestión continúe bajo el control de la
institución municipal, máxime cuando desde su construcción inicial hasta el
remozamiento último (30 millones de euros), pasando por sucesivas reformas, han
significado inversiones públicas hechas por distintas administraciones.
Todo
lo señalado reafirma la vocación de bien público con la que fue concebida el
complejo. Se trata de una infraestructura no para hacer negocio sino para ser
disfrutada y proyectada convenientemente. Es una instalación modélica a los
ojos del turismo que nos visita, cuya titularidad, cuyo cuidado y mantenimiento
forman parte de las obligaciones que asume la administración local para
cualificar la oferta turística del municipio. Es un patrimonio de todos, el
patrimonio con el que se identifica todo un pueblo que interpreta cómo descansa
o reside allí la inmensa obra de transformación de la naturaleza hecha por la
mano del hombre.
Por
todo lo expuesto, se propone que el pleno adopte acuerdo del siguiente tenor:
1º
Garantizar, a cargo del Ayuntamiento, la
continuidad de la gestión del complejo “Costa Martiánez” en los términos
actuales, tanto de los recursos humanos como los técnicos.
2º
Encargar, mediante la convocatoria de un concurso, una edición que condense la
historia del complejo, disponiendo, conforme proceda, la previsión económica correspondiente.
3º
Facultar al alcalde-presidente para que disponga lo que sea procedente con el
fin de producir y ejecutar el acuerdo adoptado.”
El acta de la sesión refleja el resultado de la votación
en los
siguientes
términos:
“Se da cuenta también de una enmienda
a tal dictamen suscrita por el Sr. Alcalde en nombre del grupo municipal de
gobierno proponiendo se efectuara la siguiente modificación en la parte
dispositiva de la propuesta de acuerdo:
§
Sustituir el texto del apartado primero por este otro:
1.- Garantizar, a cargo del Ayuntamiento, la continuidad de la
gestión del complejo “Costa Martiánez” en los términos actuales, tanto de los
recursos humanos como los técnicos, en el presente mandato.
Debatido el asunto se entró en
el desarrollo de la fase de votación, con el siguiente resultado:
Votación sobre la enmienda
presentada por el grupo de gobierno municipal
·
Votos a favor: 13 (los de los 10 concejales del
Grupo Municipal de Coalición Canaria; los 2 de los miembros del Grupo Popular;
y el del Concejal no adscrito, D. Luís Gómez Pérez).
·
Votos en contra: 8 de los concejales
del Grupo Municipal Socialista.
En
consecuencia, el Excmo. Ayuntamiento Pleno, al aceptarse la anterior
enmienda, por mayoría, acuerda lo siguiente:
Primero.-
Garantizar, a cargo del Ayuntamiento, la continuidad de la gestión del
complejo “Costa Martiánez” en los términos actuales, tanto de los recursos
humanos como los técnicos, en el presente mandato.
Segundo.-
Encargar, mediante la convocatoria de un concurso, una edición que condense la
historia del complejo, disponiendo, conforme proceda, la previsión
económica correspondiente.
Tercero.-
Facultar al alcalde-presidente para que disponga lo que sea procedente con el
fin de producir y ejecutar el acuerdo adoptado.”
Razones para ponderar un patrimonio singular
El
acta de aquella fecha recoge también la deliberación que suscitó la iniciativa:
“Debemos empezar –dijo el concejal socialista don Salvador García Llanos
en su turno de defensa de la propuesta– por dar por reproducidas todas las
manifestaciones hechas en el punto anterior sobre la interpretación de la
aplicación reglamentaria hecha en relación con la tramitación seguida. Es de
obligado cumplimiento hacerlo constar so pena de que se pueda interpretar que
para una propuesta adoptamos una postura y para otra adoptamos otra.
Con nuestra propuesta –entró a defenderla– lo que pretendemos es que se
garantice por este Consistorio la gestión pública del Complejo Turístico “Costa
de Martiánez”, una auténtica joya para todos. Tratamos de preservar su
condición de emblema de la ciudad. Tratamos de ser consecuentes con el espíritu
que anidó en los años setenta cuando quienes lo concibieron afrontaron la
ejecución de las obras. Desde entonces se viene insistiendo y se viene
repitiendo que el Lago fue construido con recursos propios, con dinero público
fruto de la aportación de los portuenses, de los contribuyentes. Sólo al final
es cuando se producen algunas ayudas pero básicamente es el dinero local el que
fomentó esta gran obra. No debe eludirse, en ese sentido, un planteamiento que
cuajó en buena parte de la ciudadanía. Era la playa natural, mejor o peor, más
o menos enarenada, era el lugar de ocio acuático más amplio. Hablamos del Charco
de la Soga, hablamos de La Coronela, hablamos del Acantilado de Martiánez
siempre recordado por el malogrado Telesforo Bravo. Cuando se decide construir
aquella inmensa obra, que incluso muchos al principio no sabían exactamente
cómo iba a terminar, se enquistó en una parte de la opinión pública portuense
la opinión de que era una playa arrebatada al pueblo. Eso llevó a los
gobernantes de entonces a tomar una determinación política que consistió en
favorecer de alguna manera el acceso al Complejo de los portuenses, de los
nacidos, de los residentes, aplicando unas bonificaciones en las tarifas de
acceso, con el fin restituir, de alguna manera algo que formaba parte del
patrimonio colectivo que debía ser, en todo caso, respetado. Esta y no otra es
la razón que inspira la proposición que estamos presentando. Ha venido así
funcionando desde hace muchísimo tiempo con una variante que ha sido la
inclusión hace pocas fechas, el año pasado, de los servicios del Casino de
Juego (antiguo Casino de Taoro). El ayuntamiento conserva aún la gestión de una
parte de los servicios, que le han reportado, como todos sabemos, un volumen
importante de ingresos que le han permitido afrontar situaciones de tesorería y
financiar, incluso, muchísimas actuaciones. Lo que pedimos –reiteró– es
garantizar la gestión pública, que el Complejo siga teniendo ese carácter con
el propósito de no perder su identificación, sus raíces, su esencia. Ello debe
estar reforzado y por ello planteamos, como segundo apartado dispositivo de
nuestra propuesta, el encargo de una publicación que condense la historia del
Complejo”.
Le correspondió a la concejala delegada de
Administración Financiera, Patrimonio y Empresas Públicas, Sandra Rodríguez
González, la defensa de los criterios para rechazar la propuesta. Dijo
compartir el sentimiento pero quiso diferenciarlo claramente con la forma de
gestión:
“Coincidimos
-se lee en el acta- en que el Complejo “Costa Martiánez” debe seguir siendo de
titularidad municipal, que la gestión debe seguir estando bajo el control
institucional. En eso estamos absolutamente de acuerdo pero lo que está claro
es que, dentro de la gestión institucional, hay distintas alternativas,
distintas posibilidades… Seguimos defendiendo lo público pero no coincidimos
con el grupo proponente en la forma de ver la prestación de los servicios… Estamos
totalmente de acuerdo con el fondo de la propuesta, tanto con la parte
expositiva como con la parte dispositiva, pero constriñéndola a lo que queda de
este mandato, para no cercenar la actuación del futuro gobierno que salga de
las elecciones del próximo mes de mayo”.
La portavoz del Grupo Popular en aquel pleno fue Eva
Navarro González. Dijo, entre otras cosas, que “esto nunca va a dejar de ser un
bien público. No puede nunca dejar de serlo. Es un patrimonio que pertenece al
pueblo”. Fue más precisa en otro momento de su intervención:
“Otra cosa es
la forma de gestión que se elija, siempre bajo el control de la institución
municipal.
Se plantea un
futurible de que la forma de gestión debe ser siempre como la actual y eso
puede ser así o no ser así. Nosotros no hemos visto, hasta ahora, ninguna
propuesta de cambio de forma de gestión, no se nos ha presentado en el Pleno
ninguna propuesta en tal sentido ni se nos ha hecho ninguna indicación por
parte del actual gobierno de que se está planteando hacer ese cambio, de que lo
está analizando. Lo que ha dicho hoy claramente, por medio de su concejala Dª
Sandra Rodríguez González, es que no tiene previsto en lo que queda de mandato
hacer ninguna modificación del modelo de gestión. Hecha esa salvedad nosotros
no tenemos que hacer ningún reparo”.
Ya en la última fase del debate, fijando posiciones,
el acta expresa lo que sigue por nuestra parte:
“No se trata
de hipotecar absolutamente nada de cara al futuro –indicó el Sr. García
Llanos (PSOE) en una nueva intervención– y nadie cuestiona la pérdida de la
titularidad pública del Complejo. En lo que sí estamos de acuerdo es en que se
preserve la gestión pública del Complejo porque es lo que puede dar seguridad,
lo que puede dar garantía. Si nuestros cálculos no están errados no menos de
diez mil millones de las antiguas pesetas, sumando la actuación en el Complejo
y en el entorno, se han invertido allí y nos duele que de ese dinero público se
puedan beneficiar terceros. Somos respetuosos con los distintos modos de
gestión. No ignoramos que en ayuntamientos gobernados por el partido socialista
se ha aplicado el modelo de gestión indirecta. Pero, en este caso, estamos ante
algo distinto, estamos planteando la preservación de algo que nos es
absolutamente de todos. Nos sentimos obligados a impedir la desaparición del
sector público. Queremos poner freno a las tentaciones, para el presente y para
el futuro. Esto es algo distinto a un mero servicio. Esto es patrimonio, es
algo que es de todos y que merece ser conservado para que no se pierda, para
que no se desvirtúe esa raíz popular. Manifestemos una voluntad política,
dejemos claro cuáles son las sensibilidades, cuáles son las identificaciones
con algo que es de todos. No parezca nuestra defensa, exclusiva, singular de la
posición socialista sobre el Lago. El Lago es de todos. ¡Bendita sea la
hipoteca si se cumple y se mantiene el primer dispositivo de nuestra propuesta!
¡Bendita sea la hipoteca y que siga el Lago gestionado en los términos
actuales! Eso generará empleo, eso garantizará la calidad de la prestación del
servicio. Nadie nos puede asegurar que un servicio prestado por una empresa no
pública es de mejor calidad, dé mejores prestaciones que el que hasta el
momento se ha venido prestando el personal que históricamente ha desarrollado
allí su trayectoria profesional, a quien rendimos tributo agradeciéndole el
trabajo desarrollado”.
Tras insistir la portavoz de Coalición Canaria
en que, desde su punto de vista, acordar lo que se propone “sería mermar las
posibilidades de decisión de la corporación futura, pero lo que sí podríamos
hacer es establecer ese compromiso referido sólo a lo que resta del actual
mandato”, nuestro último turno quedó reflejado en los siguientes términos:
“No creemos tener un concepto trasnochado –le contrarreplicó el Sr. García
Llanos (PSOE)–. Nuestro planteamiento no lo hemos planteado como una dicotomía
entre lo público y lo privado. Hemos huido de ese debate. Lo que quiero decir
es que nuestro planteamiento no vincula. Lo que sí defendemos es que el
Complejo, de cuya titularidad pública no dudamos, siga siendo gestionado en los
términos actuales, que no han sido malos, negativos, para este Ayuntamiento.
Hoy tenemos una excelente oportunidad de transmitir a los ciudadanos que el
Complejo no va a caer en otras manos que no sea las de los portuenses,
representados por su Corporación Municipal”.
Hacia
una empresa mixta
En aquel momento, pues, se frenó el
intento de acometer una gestión indirecta o privatización. Se materializó un
proyecto de remozamiento de las instalaciones, derivado de un ventajoso
convenio para el Ayuntamiento suscrito con el Cabildo Insular, aprovechando el
traslado del Casino Taoro. Y nunca más se supo, porque en el siguiente mandato
2007-11 no se volvió a plantear la cuestión. En el presente, ya lo saben:
situación límite, una cooperativa que desaparece, una deuda contraída con el Ayuntamiento
por importe cercano a los tres millones de euros, deterioro evidente de las
instalaciones, merma de la calidad en la prestación de los servicios, menguada
profesionalidad, instrumentalización política en la contratación de personal y
escasa sensibilidad por parte de los responsables directos…
Procede, pues, un cambio en el modelo
de gestión. Las circunstancias han cambiado; pero para ser consecuentes con los
planteamientos defendidos hace más de cinco años, aportamos la alternativa de
una empresa mixta, con capital mayoritario del Ayuntamiento. Es una manera de
comprometerse y de hacer que prepondere lo institucional, lo público. Es una
modalidad garantista, en la que personas privadas y la Administración, en este
caso, la local, son propietarios del capital y, por consiguiente, se toman las
decisiones de forma conjunta. La participación dependerá de los derechos y
acciones que las partes tengan en la empresa. Con la empresa mixta se trataría
de optimizar el desempeño que el Ayuntamiento ha de acometer para afrontar un
hecho crucial en un complejo turístico cuyas características han quedado
suficientemente descritas en esta serie. Un desempeño que ha de estar
caracterizado, en todo momento, por la profesionalidad y por el rendimiento
positivo.
Todo, pensando en el interés general y
en la revitalización de unas instalaciones únicas, el primer parque marítimo de
Canarias, que ha generado unos estimables niveles de riqueza y no sólo
económica. Claro que para esta consecución se
requiere un amplio consenso político. Y también, igual de claro, un
Ayuntamiento en mejores condiciones económico-financieras. Acaso estribe aquí
la gran dificultad. Pero el asunto es inaplazable y alguna solución hay que
adoptar. Es una de las claves del mandato.
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