Nos alertó Evaristo Fuentes, siempre tan
atento a los acontecimientos y a los personajes que, de alguna manera, han
proyectado el nombre del Puerto de la Cruz y del valle de La Orotava. Hace unas
semanas que falleció en una clínica de Buenos Aires Estela Raval, la enorme
vocalista de aquel famoso grupo músico-vocal denominado “Los Cinco Latinos”.
La recordábamos desde la adolescencia,
cuando buscábamos sus discos y cuando actuó en el portuense hotel “Las Vegas”,
desde donde se emitió una larga temporada -en blanco y negro, por supuesto-
aquel espacio presentado por el inigualable Raúl Matas y titulado “Musical 14.05” . Evaristo hace una
descripción del ambiente de la época: “Las Vegas” fue ejemplo de lujo y
confort; eran pocos los turistas, un par de miles, pero eran la crea y nata, la
‘high society’, la ‘jet set’ de la Europa occidental”.
¡Quién nos iba a decir que al cabo de los
años tendríamos oportunidad de presentar a Estela Raval y “Los Cinco Latinos”! Fue
en el verano de 1982, en la sala “Andrómeda” de la “Isla del Lago”, en el marco
de las inolvidables Galas OTA que patrocinaba Club de Vacaciones.
El grupo se había reunido después de haberse
disuelto y de seguir caminos profesionales separados. En ocasión del Campeonato Mundial
de Fútbol de 1982 en España, iniciaron una exitosa gira. Aquella fue una noche
especial, sin una butaca libre en aquel espacio sofisticado e incomparable.
Hasta pocos minutos de empezar, estuvieron haciendo pruebas con una iluminación
especial para la grabación televisiva de la actuación. Ricardo Romero ,
esposo de la cantante, verificaba una y otra vez esas pruebas, casi hasta
incomodarse. Estela, en los camerinos, se mostró algo asombrada con la juventud
del presentador. Y al final, en el intercambio de felicitaciones, comentó: “Se
nota que tienes tablas y que eres de radio”. Fue una noche con licencia para la nostalgia. El
público pidió bises… hasta que se agotó el repertorio.
Después de la actuación, publicamos en Diario de Avisos, edición de 13 de
agosto, una reseña, con dos fotos de Enrique Serrano, titulada de la siguiente
manera:
Estela
Raval, inigualable
“Los Cinco Latinos”: Cualquier tiempo
presente es mejor
“Ricardo, ‘mirá’: No importa que haya
problemas con la luminotecnia reforzada para la grabación televisiva. El show
quedó igual de guapo porque donde hubo profesionalidad, entrega y talento,
siempre queda. Y es que “Los Cinco Latinos” nunca mueren. ¿Por qué? Muy
sencillo. Porque hay un estilo, un sello propio y se conserva el toque
inconfundible de una inigualable Estela Raval. Una Estela que merece un párrafo
aparte.
“Estela,
‘chapeau’. Todos comprendimos el porqué de esa confesión franca de encontrarte
en el momento álgido de tu carrera. Y hay que inclinarse ante la sencillez, el
equilibrio, el ajuste vocal. Estela se halla justo en el centro de un
espectáculo que es, además de un canto a la nostalgia, el éxito redivivo de un
conjunto que hace doce años se disolvía para ahora regresar con un éxito
superior al de entonces.
“Y
no hay más secretos que el de combinar melodías encadenadas -convenientemente
ambientadas, pese a que las luces no gustaran a Ricardo Romero, uno de los
fundadores del grupo- con temas estándar de plena vigencia. Hasta se agradecen
esos minutos que tras “La balada de la trompeta” se toman Estela y Ricardo para
“reposar”, hacer memoria y enternecer al respetable que goza, se entrega y
disfruta hasta corear con brillantez el “Buenos días, brillo de estrellas”.
“Más
de hora y media duró la actuación de “Los Cinco Latinos”, dos de cuyos
componentes son nuevos en relación con la formación original. Los de aquella
generación se divirtieron, vaya que sí. Rememorando, tarareando. Pero las
canciones de antes son éxitos de siempre y por eso los más jóvenes también se
identificaron con ese viaje por el pasado.
“El
nivel del show culmina con un “Don Quijote” que cabalgó por la sala “Andrómeda”
con toda la fuerza y toda la personalidad de una Estela Raval que, otra vez con
“Los Cinco Latinos”, comprueba que donde hubo siempre queda”.
En
efecto, dotada de una voz singular, fue considerada una auténtica reina de la
balada y de la interpretación melódica. En junio de 2011 aún cantaba en
destacados escenarios argentinos. Estela Raval falleció en una clínica
bonaerense, a los 83 años, luchando contra un cáncer de mama.
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