Como se resiste a decir adiós, Ricardo Acirón Royo seguirá
vinculado a tareas docentes en la Universidad de La Laguna cuya facultad de
Ciencias de la Información le expresa hoy un reconocimiento coincidiendo con el
vigesimoquinto aniversario de su creación y entrada en funcionamiento. Es lo
que tienen los periodistas de raza: día tras día leyendo, produciendo textos,
investigando, enseñando y dirigiendo. Ricardo ha hecho de todo y es natural que
no quiera irse del todo. Admirables su compromiso periodístico, su dedicación y
su tesón.
Leíamos
atentamente sus opiniones en el periódico El
Día y mucho más aquellas entrevistas, preguntas y respuestas, que publicaba
en la última página “por donde desfilaban todos”, según dijo en cierta ocasión,
cuando la democracia despuntaba, para expresar sin ambages el pluralismo. Le
seguíamos entonces y le conocimos cuando incursionó en Radio Popular de Tenerife, con un programa, ‘El remache’, que, como
otros tutelados por el director, José Siverio, ganó algo más que audiencia:
credibilidad. Era difícil entonces abrirse paso en la espesura de las ondas,
por la competencia y porque era necesario disponer de un gran bagaje
profesional para lanzar y consolidar un nuevo producto, máxime en el género de
opinión. Acirón, con rigor y mesura, lo logró.
Fue
liquidando etapas, la estrictamente periodística y la radiofónica, pero aportó
su sello de seriedad a la televisión que aparecía y se expandía. En una etapa
de madurez personal y plenamente volcado en la docencia universitaria, después
de haber accedido al doctorado en Ciencias de la Información, anduvo también
por los platós de Canal 8, donde dejó
su huella profesoral en un permanente análisis de la actualidad, hecho desde el
ángulo de la entrevista que alternó con debates y otros espacios.
Si no
estamos equivocados, ese es el último contacto directo, junto a su pertenencia
al consejo editorial de La Opinión de
Tenerife, el último ejercicio activo de Ricardo Acirón con los medios.
Luego, se dedicó de lleno a la docencia en esa facultad que ya tiene
veinticinco años y en donde ha prodigado su amor por la vida periodística y por
la comunicación.
Los
antecedentes de la enseñanza universitaria, por cierto, hay que situarlos en el
desaparecido -ya no tenía razón de ser cuando se creó la facultad- Centro
Internacional para las Ciencias de la Comunicación (CICICOM), en el que hicimos
varios cursos profesionales y en el que nos obsequió personalmente con la
oportunidad de ser ponente en algunas convocatorias.
La
trayectoria de Ricardo Acirón va a ser justamente reconocida en el ámbito
universitario. Director de tesis doctorales, autor de varias investigaciones y
de unos veinte libros en los que analiza el mundo periodístico, algunos
apartados históricos y su evolución en las islas, asume la condición de
Profesor Honorario de la universidad lagunera que le permitirá seguir leyendo,
produciendo textos, investigando, enseñando y dirigiendo. Ahora con tesis
doctorales, con temas de investigación, desarrollo e innovación y con
colaboraciones departamentales que seguro seguirán siendo de referencia para
alumnos, profesionales y doctorandos.
Es natural
que no quiera irse. Como también lo es que el periodismo siga beneficiándose de
su compromiso, de su entrega, de su obra y de su madurez. Gracias, profesor. Y
enhorabuena.
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