lunes, 12 de noviembre de 2018

EFECTOS DE LA SUBIDA SALARIAL

El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, abonó recientemente los surcos de los efectos del incremento del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) sobre la creación de empleo, con algunas previsiones que se alinean en las posiciones de rechazo o disconformidad con la medida pactada entre el Gobierno y Podemos con vistas a los próximos Presupuestos Generales del Estado (PGE). Concuerdan también con las apreciaciones de otras formaciones políticas, de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) y del mismísimo Fondo Monetario Internacional (FMI). Una conjunción ¿de intereses? cuyas recetas, por cierto, no han contribuido muy eficazmente que digamos a la solución del desempleo ni de la desigualdad. Pero bueno...

Lo que se pretende es que el SMI pase a ser de novecientos euros mensuales (en la actualidad, setecientos treinta y cinco) en catorce pagas, un incremento del 22,35 %, el mayor de la historia en tasa interanual. La medida significa un impacto de trescientos cuarenta millones de euros y afectaría a más de quinientos treinta y tres mil trabajadores, aproximadamente el 3,5 % del total de afiliados a la Seguridad Social.

Hernández de Cos expuso unos cálculos pesimistas: el aumento pactado puede representar al conjunto de la economía productiva española la pérdida de unos ciento cincuenta mil puestos de trabajo, el 0,8 % del empleo total. Está claro que para el gobernador Hernández, la subida es muy elevada y perjudicará, en su opinión, a los trabajadores más jóvenes y a los parados de más edad con menor capacitación profesional. Por eso recomienda que los incrementos del SMI sean moderados y a ritmo lento de modo que no afecten negativamente a los empleos peor retribuidos y cualificados. A propósito, la Comisión Europea, hace pocas fechas, redujo esa pérdida a setenta mil puestos de trabajo.

Y es que los expertos discrepan sobre los perjuicios que produce una subida del salario mínimo. Diferencian, sobre todo, el momento: no es lo mismo afrontarla en etapas de expansión clara de la demanda que en período de estancamiento. Una opinión tan valiosa como la del Premio Nobel, ex economista jefe del Banco Mundial y profesor de la Universidad de Columbia, Joseph Stiglitz, incidía en que no hay muchas razones para las negativas previsiones del Banco de España. Para Stiglitz, la subida salarial tiene un impacto negativo sobre el empleo e incluso, como se ha demostrado en algunos casos, positivo.

Respetando, como no puede ser de otra forma, todos los criterios y teniendo en cuenta la precariedad del mercado laboral español así como el momento en que nos encontramos, este incremento del SMI se puede defender en tanto tiene efectos sobre el consumo pero, sobre todo, porque no es la única medida que se aplica para seguir manteniendo la tendencia de la recuperación. Ya decía alguno de los expertos aludidos que la productividad de las empresas depende de otros factores distintos de los bajos salarios. Parece claro, en fin, que la subida del Salario Mínimo Interprofesional es factor indispensable de manera que el crecimiento de la economía sea percibido también las rentas salariales.

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