Falleció ayer en el Puerto de la Cruz, Josefina Esperanza Gómez de Torres (84 años), natural de Cúa, ciudad del centro de Venezuela, capital del municipio Urdaneta, del Estado Miranda. Conocida como «La Perla del Tuy», la ciudad se encuentra en el área de la Gran Caracas, conocida como los valles del Tuy, que incluye otras ciudades importantes como Charallave, Ocumare del Tuy y Santa Teresa del Tuy; las otras áreas de la Gran Caracas incluyen a la Zona Metropolitana, Guarenas-Guatire, Altos Mirandinos y Litoral Central y una población superior a los ciento setenta mil habitantes.
Esposa de Manuel Torres, popularmente conocido por ‘el Flaco’, madre de tres hijos, Manuel Gonzalo, Luis y José Manuel, y abuela de cuatro nietos, residía en la localidad portuense desde 1997, donde era muy apreciada.
Esposa y madre ejemplar, a Josefina le gustaban los versos de Ignacio Larrañaga, publicados en “Encuentro”: “Silencio y paz. La música fue sumergida a las aguas profundas y todas las nostalgias gravitan sobre las llanuras infinitas… Duerma su alma inmortal para siempre en la luz eterna… Silencio y paz”.
Su pérdida fue lamentada por familiares y amigos que siempre encontraron en Josefina una palabra amiga, un gesto atento y cortés, una atención comprensiva y estimulante pues esas eran sus virtudes que caracterizaron su relación humana.
La conocimos en Caracas, hace muchos años. Allí ejerció como responsable de ventas de una distribuidora importante, Lidelco, afincada en el sector Bellomonte. Convivió en el Hogar Canario Venezolano (El Paraíso, Caracas) y el Club Puerto Azul, en el litoral venezolano, lugares habitualmente frecuentados por canarios y donde se cultivaban y mantenían costumbres isleñas, de las que Josefina era una excelentye defensora.
Su tono amable y bondadoso será siempre recordado por quienes la conocieron e intercambiaron su amistad y hoy comparten esa realidad de silencio y paz mientras su alma, como expresó el poeta y sacerdote impulsor del apostolado, duerme para siempre en la luz eterna.
1 comentario:
Gracias tía Fina por haberme querido y consentido tanto, dejaste amor y luz por donde pasaste. Tu vida se trato de dar y servir a todos. Nos volveremos a encontrar y compartiremos un rato de risas y confidencias tomándonos un Zaperoco. Te amaremos siempre. Tu sobrina Olga Max “Olgueta”.. Caracas 14/11/25
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