miércoles, 5 de noviembre de 2008

DIOS BENDIGA A AMERICA

Ha ganando Obama. ¿Para qué adjetivar la victoria? Era la esperada, era la deseada. El sueño de Luther King, hecho realidad. En la televisión hay hombres blancos y negros, hay mujeres blancas y negras con lágrimas en los ojos. El yanki vivía un hecho histórico. Porque ésto sí que es un hecho histórico.
Ha ganado Obama, la gran esperanza negra. Al menos hoy, siquiera un solo día, la elección del nuevo presidente de los Estados Unidos eclipsará las noticias, las malas noticias de la recesión económica, allí y en todo el mundo. Obama concentra tantas esperanzas, alimenta tantas expectativas en unos momentos tan delicados de la historia contemporánea, que el halo de frustración es inevitable.
El perdedor, en Vietnam y en esta cita electoral, John McCain, hizo un discurso memorable reconociendo los méritos del rival y se puso incondicionalmente a su lado. También había lágrimas en las filas republicanas, las mismas que estarán repudiando a Bush, el gran ausente, ese sí que el gran derrotado. Se ha completado la estela de gobernantes que se embarcaron en aquella locura de Irak, por cierto.
'God bless America', Dios bendiga a América, en esta nueva era que se inicia con un triunfo individual arrollador, en España sólo comparable con el que protagonizó Felipe González en 1982. Los pueblos, en democracia, escriben la historia con proyección de futuro, lo hacen con ganas de pasar la página y escribir otra nueva desde la confianza que recobran y depositan en alguien que les conduzca.
El siglo XXI ya tiene su gran hito: un ciudadano negro en la sede presidencial del país más poderoso de la Tierra. Esto se anima.

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