domingo, 9 de noviembre de 2008

PASAR A LA ACCION

Ya están realizados todos los diagnósticos, luego se trata de pasar a la acción. En los primeros, por cierto, es difícil encontrar tantas coincidencias. Después serán modulables y discutibles las prioridades, pero hay una convergencia notable. Y es ahí, en la acción, donde surgen las trabas, las inhibiciones, las maniobras, los bloqueos…, en fin, la mano negra esa que nunca se ve, que nadie puede probar que existe, pero que está, y que no es un recurso manido para echar la culpa a otros para utilizarla como subterfugio a las incapacidades.
Esa última convocatoria de agentes, empresarios y profesionales del sector turístico en la ciudad -una vez más, los trabajadores han vuelto a enmudecer o interpretar el papel de ausentes, como si la cosa no fuera con ellos; algún día tendrán que despertar y darse cuenta de lo que se juegan- no ha sido muy diferente de otras anteriores en las que análisis lúcidos contrastaron con experiencias de otras latitudes y críticas más o menos explícitas, más o menos interesadas.
Recuerdo una, en el mandato 1999-2003, que culminó hasta con una declaración de los participantes. La “Declaración del Taoro”, se titulaba, en alusión al lugar de las jornadas, todo una manifestación de intenciones y de proyección futura en el propósito de revitalizar el destino turístico. “Demasiado literaria”, fue la crítica posterior de un empresario.
Ahora, como entonces, buena voluntad, buenos deseos, necesidades expuestas, los ya viejos males, objetivos apremiantes, iniciativas que teóricamente apenas admiten discusión… lo dicho, un elevado grado de coincidencia, tal que puede resumirse en la frase hecha que condena a entenderse a las administraciones públicas y al sector privado.
Se trata de incursionar, de abrir nuevos caminos, de emprender. Las glorias pasadas, esas golondrinas que no volverán, sólo son un utilitarismo nostálgico. Está bien que se aproveche la experiencia y la madurez pero ya no sirven exclusivamente para creer con ellas volverán los buenos tiempos, las vacas gordas.
Por consiguiente, así las cosas, hay que pasar a la acción. Hay que ejecutar. El empresariado que reclama liderazgo político debe corresponder con valentía y capacidad de riesgo. Los gobernantes de cada ciclo, pese a las tenazas normativas, están obligados a tener visión de futuro y ésta debe plasmarse en decisiones pragmáticas.
Porque la gente, la de aquí, la de los pueblos vecinos, la de la comarca y de la isla entera, quiere ver cosas, quiere que algo se mueva para motivarse, para identificarse, para hacerlo suyo, para hacer el seguimiento y para, en definitiva, recobrar la esperanza, para tener algo que lucir y de lo que enorgullecerse.
Hay un gesto, el de las manos unidas de los participantes fotografiadas al final de la convocatoria, que debe ser todo un estímulo pensando en el porvenir. Está todo dicho con respecto a la realidad. Luego ahora hay que escribir el futuro con pruebas físicas que sean fruto del intelecto, de la destreza y del ejercicio constante. Saben además que no hay tiempo que perder.
De los resultados, de la acción pues, dependerán las lecturas futuras de la foto.

No hay comentarios: