El coordinador de Economía del Partido Popular (PP), ex ministro de Economía y Hacienda, Cristóbal Montoro, ha declarado, en una entrevista a Europa Press, que su partido se presentará a las elecciones legislativas de 2012 "con la bandera de la regeneración democrática contra la corrupción".
Independientemente de la interpretación que sobre la temporalidad pueda hacerse -¿qué pasa, que en las autonómicas y locales del año próximo no enarbolarán la msma bandera?-. resulta bastante discutible la afirmación de Montoro. El propósito no, porque es lo menos que se puede pedir a una organización política que ha tenido y tiene experiencias gubernamentales.
Pero que el PP, a estas alturas, incluya en su discurso elementos de decencia, parece hasta sarcástico. Lamentablemente, ya quedan pocos partidos políticos -por no decir ninguno- que estén en condiciones de hacer una oferta de ese tipo. A lo largo de la historia democrática se van acumulando episodios que manchan el honor y la trayectoria misma. En algún momento de ésta, puede que sí, que fuera oportuno e indispensable el anuncio de la regeneración. La práctica, después, fue otra cosa.
Que ahora los conservadores vengan con esa bandera..., no, no cabe, no traga. En su momento, con aliados mediáticos muy poderosos, explotaron al límite todas las debilidades y todas las situaciones en las que se vieron inmersos algunos socialistas. No repararon en que a ellos también les podría suceder. Y vaya que así ha sido: Gürtel, el espionaje en Madrid -sin olvidar los antecedentes del 'tamayazo'-, lo de Valencia, lo de Baleares, lo de Castellón..., por citar, casi a vuela pluma, algunos casos, a los que hay que añadir, por cierto, los de Canarias.
Con esas alforjas, la declaración de Montero suena a tomadura de pelo, es extravagante. Difícil hacer creer a los electores que, con esas presunciones, se puede esgrimir el adecentamiento. Más sensato y más consecuente hubiera sido decir que lucharán, con todos los recursos legales a su alcance, contra todo lo que huela a corrupción... empezando por las propias filas. Ni siquiera debió decirlo apoyado en esas encuestas de opinión que dan a entender que los casos de corrupción afectan muy poco al electorado, como si éste fuera tonto, o perdonara tanta práctica reprobable a sectores o cargos del PP.
Es verdad que la ciudadanía va a pedir honestidad, transparencia y hasta mano dura porque se ha cansado de que la política deambule por senderos de sordidez y de sospecha permanente. Pero que no vea Montoro la viga en el ojo ajeno. Con lo que ha ido acumulando su partido, poca credibilidad tiene ese discurso.
1 comentario:
Lo que está claro es que para eso, tendrían que hacer tal limpia en el PP, que para esa fechas, todos los militantes del PP todavía serían menores de edad, por lo tanto es imposible, y por lo tanto una vez más mienten a la población.
Saluditos socialistas
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