Nuevo paro, nueva protesta para el próximo mes de diciembre. Aún aflora algún comentario o algún análisis sobre la huelga general del pasado 29 de septiembre y las centrales sindicales ya han hecho pública su voluntad de volver a salir a la calle para expresar su descontento. El conflicto sigue latente, argumentan, y las razones que motivaron la convocatoria de entonces se mantienen. Recuperar derechos y defender el estado social es el título del documento presentado por la Unión General de Trabajadores y Comisiones Obreras para anunciar ese nuevo paro y seguramente servirá para inspirar el lema de la convocatoria de las manifestaciones y concentraciones programadas, en principio, para el próximo sábado 18 de diciembre.
La proximidad de las celebraciones navideñas es la primera de las circunstancias que hacen fruncir el ceño, partiendo de que ya en esos días la gente parece tener la mente ocupada en otros menesteres. Pero bueno, igual los estrategas sindicalistas han considerado que, precisamente en sábado y con cierto mayor desahogo en el comportamiento, las posibilidades de movilización aumentan.
No va a ser fácil, desde luego. La cercanía de la convocatoria de diciembre hace que esté muy fresca la valoración, la impresión que quedó de la misma. Unos, los sindicatos, hablaron entonces de éxito y otros, empresarios y algunos medios de comunicación, de menos éxito. Aquello se zanjó pero los dirigentes de las centrales sindicales insistieron en que mientras prevalecieran ciertas medidas de reajuste, ellos no iban a estar cruzados de brazos. Esos mismos dirigentes se han mostrado muy críticos y ni siquiera la remodelación del ejecutivo ha moderado sus planteamientos a la espera de algún giro o de alguna medida que les alumbre el camino.
Los sindicalistas siguen sin estar de acuerdo con la reforma laboral y, mucho menos, con la revisión del sistema de pensiones. En el caso de Canarias, un añadido: disconformidad con los Presupuestos Generales de la Comunidad Autónoma cuyas reducciones en algunos capítulos, como el de ayudas sociales, son consideradas como muy perjudiciales para ciertos segmentos de población.
Dicen los dirigentes sindicalistas que ésta vez va a salir más gente a la calle. Bueno, ya se verá. La apreciación es significativa, indicadora de que en septiembre esperaban otra respuesta. Este nuevo envite es otra prueba. Veremos.
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