jueves, 9 de febrero de 2012

JUSTO LO CONTRARIO DE AQUEL ANUNCIO

La impresión que se alberga es que, a partir de aquel anuncio, cayó en desgracia. O por una posible implicación en una de esas presuntas tramas de corrupción política que se pasea por los tribunales sin pena ni gloria. Lo cierto es que desapareció del escenario. Y eso que salió a saludar desde el balcón en la noche triunfal.

Lo cierto es que poco o nada se ha vuelto a saber de Esteban González Pons, dirigente del Partido Popular, portavoz de esta formación política del que podía pensarse que anda en expectativa de destino. Por ahora, no ha sido así, salvo el refugio del ostracismo a la espera de que escampe.

Pero aquel anuncio, un suponer, lo echó todo a perder. Dijo el hombre que en una legislatura el Gobierno de su partido iba a crear tres millones y medio de puestos de trabajo. En plena campaña y mientras se seguía destruyendo empleo, González Pons se atrevió con esa magnitud y hasta hizo un cálculo: un millón de empresarios multiplicado por tres puestos... Las cuentas no salían.

En el PP debieron darse cuenta: años y años maniatando y mofándose de Felipe González, cuando en 1982 ofertó la creación de ochocientas mil plazas de trabajo, ahora esa cifra de González Pons, con la que sigue cayendo y con el eje francoalemán girando a sus anchas, poca verosimilitud albergaba. Era subir el listón de las expectativas: muy bien para seguir sumando y asegurar la mayoría, pero la imposible traducción a la realidad se encargaba de lapidar al anunciante.

Las manifestaciones, realistas y pesimistas, del presidente del Gobierno, sobre la tribuna del Congreso de los Diputados, unidas a uno de esos informes de una poderosa firma bancaria, son algo más que un jarro de agua fría sobre las predicciones de hace mes y medio, sí, sí, cuando la campaña lectoral. El presente año, venían a coincidir manifestaciones presidenciales e informe bancario, avanzará con elementos destructivos en los sectores productivos.

Los desempleados y quienes corremos el riesgo de serlo habrán aumentado la desazón, evidentemente. El panorama sigue siendo sombrío, muy oscuro.

Porque a ese paso, el quimérico pronóstico de González Pons -vaya patinazo- se convertirá -perdón por la exageración-en justo lo contrario.

No hay comentarios: