De la misma manera que reprobábamos hace una semana la
pasividad para desbloquear el proyecto de ampliación del Jardín de Aclimatación
de La Orotava, popular Botánico, hoy habrá que congratularse del firme
propósito del Cabildo Insular de sacar a concurso, a lo largo del próximo mayo,
el arrendamiento del antiguo hotel Taoro, habilitado años después como casino
de juego y cerrado desde que éste fue trasladado a las instalaciones del
complejo turístico ‘Costa Martiánez’, donde aún funciona una sala de máquinas.
De los datos ofrecidos por los responsables del Cabildo, se
desprende que la edificación, debidamente restaurada y acondicionada, servirá
para un hotel de cinco estrellas. Por lo tanto, se restituye el uso turístico
de un recinto emblemático donde germinaron buena parte de las raíces del
turismo de calidad que habría de caracterizar el devenir del socioeconómico del
municipio. Bien. Costó lo suyo, en su momento, convencer a dirigentes y
técnicos del Cabildo para esa restitución. Y hasta hubo un debate para
determinar los usos. Defendimos la idea de que el Puerto de la Cruz, con vistas
al futuro y para cualificar su oferta, precisaba de uno o dos establecimientos
de máxima categoría. Y también hemos dejado testimonio de que era viable una
operación similar a la emprendida con el hotel Mencey para que el proyecto de
recuperación cristalizara. Por lo que se lee ahora, íbamos bien orientados.
El arrendador debe afrontar una inversión mínima de 15,3
millones de euros. Las condiciones, en síntesis, recogen que el contrato de
arrendamiento será por cuarenta años, con un canon anual de novecientos
cuarenta y un mil euros. El Cabildo, según se ha explicado, ofrece la
compensación del ochenta por ciento de la inversión inicial y hasta un máximo
de 18,8 millones de euros, a través de eximir al arrendador del pago del canon
anual hasta cubrir esos gastos, lo que, temporalmente, significa unos veinte
años. El hotel Taoro tiene un valor catastral de 9,5 millones de euros. Se
quiere incluir en el objeto del concurso una parcela cedida por el Ayuntamiento
de la ciudad.
Habrá que aguardar las respuestas de los interesados. No hubo
suerte con las presentadas anteriormente, acaso porque faltaban atractivos o
los números del negocio no se correspondían con el volumen de la inversión y
los plazos del arrendamiento. Ahora, con nuevas condiciones sobre la mesa, se
supone que el impulso para recuperar el Taoro va en serio y debe ser
definitivo. Para congratularse, sí.
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