jueves, 28 de junio de 2018

EVALUACIÓN RADIOFÓNICA

Cierre de temporada para los medios, aunque el Mundial continúa y seguirá acaparando la atención mientras se palpan, en la guagua, en la oficina, en la cafetería y en todos lados, las ganas de que llegue el descanso vacacional.
El cierre, ya con los exámenes hechos, deja estudios y estadísticas que siempre llaman la atención, sobre todo cuando revelan alguna conclusión no muy favorable, como la pérdida de oyentes que acumula la radio en nuestro país, según la última entrega del Estudio General de Medios (EGM), una especie de notas o evaluación antes de las vacaciones. Los expertos tienen campo para debatir y analizar. ¿Qué pasa? ¿Merma de credibilidad, más confianza en otros canales de comunicación, agotamiento de los comunicadores estelares o hasta ahora preferidos?
Tantas veces se ha hablado de la crisis de la radio como otras tantas de su capacidad de superación para no arrugarse y sortear las aparentes fuertes competencias que aparecían para luchar contra su preferencia. Y sin embargo ahora, aun cuando pueda resultar prematuro a la vista de los porcentajes del último EGM hablar de declive o similar, hay que tomarse muy en serio esa caída de la audiencia que se sitúa, además, en un punto muy concreto como puede ser el enfriamiento de la tensión acumulada en Catalunya como consecuencia del proceso independendista.
A nuestro juicio, es más importante este hecho que la clasificación de las cadenas. Si acaso, que Onda Cero (Atresmedia) es la que menos oyentes pierde. Y que en la franja nocturna se mantiene también la tendencia a la baja, ¡quién lo iba a decir! Los españoles, hasta hace poco, se iban a la cama con la radio pero ahora parece que no, que hay ofertas más seductoras, además de otras opciones mediáticas. Habrá que mirar ya, dentro de nada, la incidencia de la vía digital y de las plataformas sociales en esta reducción de la audiencia radiofónica.
Y sin embargo, otro estudio, de origen norteamericano y de ámbito más amplio, acuñado por la firma Ogilvy y titulado 2018 Global Media Influence Survey, señala que la confianza en los medios de comunicación tradicionales, pese a un descenso de unos veinte puntos porcentuales (que también es un bajada notable), se sitúa en un 50,4 %, que es tanto como decir que la prensa o la televisión siguen generando más confianza en el público que la prensa digital o las propias redes sociales.
El crecimiento de éstas es lo que llama la atención. En Norteamérica son la segunda plataforma en la que más se confía, con un 17 %, un aumento hasta de cinco puntos con respecto al año anterior. Hasta un 38,2 % de los periodistas encuestados opina que se deben establecer lazos de colaboración entre las plataformas de redes sociales y de noticias. Estos dos registros tienen su interés pues sirven para aumentar el número de consumidores de la información cada vez más dispuestos a pagar por noticias verificadas.
Lo dicho, datos para el análisis y la reflexión, a escala global y ceñidos a nuestro país. ¿Estaremos asistiendo a un nuevo ciclo en la comunicación de nuestros días? Veremos.

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