lunes, 15 de enero de 2024

Desinformación, riesgo global

 

Una influencia creciente de la desinformación o información falsa en la opinión pública y una notable capacidad para socavar la confianza en los hechos y las autoridades, ha denunciado el Foro Económico Mundial (FEM) en su última encuesta de percepción de riesgos globales para 2024. El Foro destaca la influencia creciente de la información falsa en la opinión pública y su capacidad para socavar la confianza en los hechos y las autoridades, por delante incluso, a corto plazo, de la crisis climática, aunque ésta tendrá más impacto a largo plazo.

El estudio, que evalúa la gravedad de diversos riesgos en una escala Likert de 1 a 7, asignó a la desinformación un promedio de 4.7, reflejando así su impacto significativo y creciente. El informe destaca que esta preocupación alcance magnitudes relevantes ante la próxima celebración de elecciones en varios países, donde casi tres mil millones de personas votarán en los próximos dos años. Por zonas, el Foro sitúa a India como el país con mayor riesgo. Europa ocupa la octava posición, mientras que Estados Unidos ocupa la sexta.  

La presencia de desinformación en estos procesos electorales amenaza con desestabilizar la legitimidad real y percibida de los gobiernos recién elegidos, con riesgos potenciales que incluyen inestabilidad política, violencia y terrorismo, señalan desde el Foro.

De los contenidos del informe elaborado por el FEM, se deduce que la Inteligencia Artificial (IA) hace más difícil rastrear la información. Así como se admite que los avances tecnológicos han mejorado la cantidad, el alcance y hasta la eficacia de la información falsificada, haciéndola más difícil de rastrear, atribuir y controlar, se advierte que la desinformación y mala información se personalizan cada vez más para sus destinatarios y se dirigen a grupos específicos, a menudo a través de plataformas de mensajería más opacas, como pueden ser ‘WhatsApp’ o ’WeChat’.

Otro problema sobre el particular, señalado por la versión digital de ‘Laboratorio de Periodismo’: la identificación de la desinformación generada por IA en estas campañas no será clara. La diferencia entre el contenido generado por IA y el generado por humanos se está volviendo más difícil de discernir, tanto para individuos digitalmente alfabetizados como para mecanismos de detección. Esto plantea un desafío crítico, ya que incluso el contenido etiquetado como sintético puede seguir siendo emotivamente poderoso y difundir información engañosa.

La investigación del Foro Económico Mundial hace hincapié en la conexión entre la desinformación y la polarización social, un concepto que ha cobrado últimamente gran auge en nuestro país. 

Se explica desde que se contrasta que “las sociedades polarizadas son más propensas a confiar en información que confirma sus creencias, independientemente de su veracidad. Esto sienta las bases para una mayor polarización y desafíos a la cohesión social y la salud mental. Cuando las emociones y las ideologías eclipsan los hechos, las narrativas manipuladoras pueden infiltrarse en el discurso público sobre temas que van desde la salud pública hasta la justicia social y la educación hasta el medio ambiente”, señala el informe.

Después de culpar a los gobiernos de una actuación lenta frente a la desinformación, como atenazados en la búsqueda de un equilibrio entre prevenir la misma y proteger la libertad de expresión, el Foro desglosa los principales riesgos que afronta cada país. En lo que a España respecta, la desinformación no forma parte de los cinco que más destacan, aunque sí la erosión de la cohesión social. Los cinco riesgos que señala el FEM son:

Desaceleración económica, Deuda pública, Erosión de la cohesión social, Escasez de mano de obra e Inflación.

 

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