lunes, 7 de enero de 2013

VENCER AL MARASMO


Se encuentra en trámite de información pública, cooperación interadministrativa y exclusión del procedimiento de evaluación ambiental estratégica (ver Boletín Oficial de Canarias 253, del pasado 28 de diciembre), el Plan de Modernización, Mejora e Incremento de la competitividad del Puerto de la Cruz a cuyo acto de presentación, en el pabellón de congresos del Taoro, tuvimos ocasión de asistir para contrastar, por un lado, los avances en los trabajos del Consorcio para la Rehabilitación Turística de la ciudad; y por otro, la falta de identificación que el sector parece dispensar a esta iniciativa sobra la que ya hemos dicho que es una suerte de último tren para intentar revitalizar el destino, hacerlo más competitivo y, de paso, transformar la ciudad, preparándola para el presente y para el futuro tras haber experimentado un período de decadencia. Hay que vencer al marasmo.
            Que nadie sea ajeno al procedimiento, que no parezca éste lejano o reservado sólo a tecnócratas y promotores de diversa laya. Está ahí, además de para cumplir normativas, para aprovecharlo, para exponer criterios e intentar introducir aquellas apreciaciones que, supuestamente, contribuirán a alcanzar los objetivos del Plan y, por ende, hacer una ciudad más atractiva y más confortable, apta para responder a las exigencias de los turistas y de sus propios habitantes. Sería bueno que el Consorcio insistiera entre los agentes del sector y entre los directamente afectados con la mayor difusión posible de los contenidos del Plan y con el estímulo de la participación, una manera directa de superar esas dudas, esos mohínes o muecas de recelo que emprendedores y profesionales hacen al terminar las reuniones para no expresar abiertamente su escepticismo o su incredulidad. El Ayuntamiento también debería implicarse más en ese campo después de haber superado los actuales gobernantes, según se desprende de sus manifestaciones públicas, los desafectos políticos que el Consorcio inspiraba.
            El Plan de Modernización, Mejora e Incremento de la competitividad, dicho de forma muy sintética, gira en torno a tres ejes: destino, promoción y gestión. La implementación del primero, concebida como línea estratégica, engloba varias actuaciones infraestructurales y dotacionales en el espacio público, esto es, en el litoral, en el casco histórico y también en Punta Brava. Hay que añadir la red de dotaciones cultuales y deportivas, además de la infraestructura de movilidad. En la misma línea estratégica, hay que consignar la rehabilitación y mejora de la planta de alojamiento así como las actuaciones en equipamientos privados.
            No sólo es una cuestión teórica, de planimetría y de enfoques tecnológicos avanzados que deslumbran en sesiones masivas: la ejecución del Plan -ya hablaremos de la financiación- comporta cambios sustanciales en la geografía urbana, en la movilidad y en el viario, en la remodelación urbanística y en las tipologías edificativas. Y eso obliga a estudiar y a mojarse. Y en la medida de lo posible, a identificarse.

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