martes, 5 de marzo de 2013

GRACIAS TONY RONALD, SIEMPRE PEDIREMOS 'HELP (GET ME SOME HELP)'


La noticia entristeció aún más la borrascosa tarde del pasado domingo. Muchos le recordábamos como el ganador de la sexta y última edición del Festival Internacional de la Canción del Atlántico, celebrada en mayo de 1971 en el parque San Francisco del Puerto de la Cruz. Tony Ronald dejó de existir. Un tipo simpático, un cantante que conquistó por sus canciones pegadizas y sus ritmos desenfadados, un exponente del ‘pop’ que venía de fuera y que supo imponerse en España, especialmente en la del verano y la de tendencias aperturistas a través de la música.
            Su triunfo de aquel año lo basó en Help (get me some help), traducido en un llano Ayúdame que memorizamos sin mayores problemas. El paréntesis, probablemente, fue para diferenciarla de la canción de The Beatles. Tony Ronald representaba a Holanda y cantó aquella composición de Daniel Vangarde con verdadero entusiasmo. Fue favorito desde la primera noche, tal es así que también se llevó el Premio de la Crítica, en el que pudimos participar y votar. Colaborábamos entonces con el periódico La Tarde, dirigido entonces por el inolvidable Alfonso García Ramos.
            Aquel fue un festival extraordinario. El certamen se había ganado un sitio al lado de los más destacados de esta fórmula musical que servía para proyectar a artistas y compositores. “¿Un festival más o más que un festival?”, titulaba a grandes rasgos un periódico de la época. Se desarrolló durante las noches del 20, 21 y 22 de mayo, televisado vía satélite. Las emisoras de radio también estuvieron presentes en el recinto portuense. Dos presentadores de lujo, Raúl Matas e Isabel Bauzá. Director de la orquesta (en la que había destacados músicos canarios), el maestro Rafael Ibarbia, cariñosamente reconocido como “Las espaldas más famosas de España”.
            Tony Ronald ganó entre veinte canciones finalistas, entre ellas siete españolas. En esa edición descubrimos a Gloria y a Camilo Sesto que cantó un tema de Juan Pardo. El cantante holandés tuvo en The Flirtations, un trío femenino musicovocal que interpretó la pegadiza ‘Oh, mía bamba’, a su más difícil rival. También destacó el francés Daniel Tomey y la portuguesa Madalena Iglesias anticipó a los espectadores el poderío de su voz. La italiana Dominga, con Oli-olé Oli-olá, se ganó las simpatías del graderío pero su canción era inferior a las relacionadas anteriormente.
            Las tres sesiones del festival contaron con actuaciones estelares de intérpretes ya consagrados. Tara y el malogrado Nino Bravo cantaron la primera noche. Mari Trini y Miguel Ríos lo hicieron la segunda. Rita Pavone y Karina cerraron la sexta edición antes de que Tony Ronald repitiera Help. Era lo que se llamaba el “fin de fiesta”, un broche de lujo tras la competición musical.
            Pero el certamen no volvió a celebrarse. El Ayuntamiento portuense no podía correr en solitario con los gastos de producción, que se habían elevado considerablemente. Y los apremios sociales empezaban a notarse en una ciudad que disfrutaba de cierto esplendor. Pese a que la promoción era indiscutible, incluso en el plano internacional, los responsables políticos de la época, es probable que sin mucho respaldo empresrial, tuvieron que poner punto final a la iniciativa.
            El holandés versionó en varios idiomas la composición de su amigo Vangarde. Y la paseó durante años, incluso como banderín de enganche de sus producciones con otras figuras legendarias del ‘pop’ español.
            Gracias, Tony Ronald. Siempre pediremos Help (get me some help).
            

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