Hay una regla elemental en periodismo,
aplicable a casi todos los géneros: el redactor no debe hablar de sí mismo. Son
contadísimas las excepciones. Permitan que hoy hagamos uso de una de ellas, al
afectarnos directamente lo sucedido y con el fin de prevenir a quienes se han
visto sorprendidos y hasta hayan dado pasos para ayudar a resolver el supuesto
problema. Creemos que se trata de un deber moral de informar y prevenir.
Resulta
que nos han pirateado una cuenta personal de correo electrónico. Eso significa
que una vez disponen de ella han remitido un mensaje (totalmente falso) en el
que consignan que hemos sufrido un contratiempo en un país africano y que
necesitamos una cantidad de dinero para regresar la cual se puede ingresar en
una agencia de giros, Western Union. El contratiempo, según el autor o autores,
comporta la pérdida del teléfono móvil, con lo que solo es posible la
comunicación vía e-mail.
Reiteramos
que es falso el mensaje. Luego no hay que hacer nada ni enviar nada. Solo hay
que borrar. Agradecemos a numerosas personas que, extrañadas del contenido del
mensaje, se interesaron y hasta manifestaron su voluntad de ayudar y que seguro
se sintieron liberadas cuando les ofrecimos las debidas aclaraciones.
Lamentablemente,
los autores de la pretendida estafa no se sintieron plenamente satisfechos y en
este caso no solo se hicieron con numerosas direcciones de contactos sino que
eliminaron una importante cantidad de documentos y archivos almacenados.
Debemos confesar que la pérdida nos ha llenado de desazón. Hemos adoptado ya
algunas medidas y hemos presentado la correspondiente denuncia en la instancia
policial.
Hemos
sido víctimas, contra nuestra voluntad, claro, de los métodos mafiosos de
tramas informáticas que urden una gran estafa en todo el mundo. Otro
profesional, que nos acompañó durante la presentación de la denuncia policial,
relata lo mal que lo pasó durante un tiempo después de haber sufrido el mismo
hecho. Probablemente sean los mismos autores, a la vista de la redacción empleada
y del tipo de letra utilizado.
Pedimos
disculpas por los trastornos a los destinatarios de estos mensajes que no hemos
enviado nosotros sino quienes nos han pirateado la cuenta y la han utilizado
con fines, cuando menos, perversos. Y prevenimos a todos los internautas y
usuarios: que tomen precauciones. En la red también mucha maldad y delincuentes
sin escrúpulos.
Y
perdón por haber quebrantado la regla periodística.
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