martes, 31 de marzo de 2015

LA MEJOR FUENTE, UNO MISMO

Cuando en 1983 interrumpimos el ejercicio cotidiano del periodismo deportivo, dos compañeros (Ventura González, que siguió en COPE Tenerife; y Juan Carlos Castañeda, que ya descollaba en Antena 3 Radio) nos insistieron mucho en que les cediéramos nuestra agenda telefónica. Entendían que había en ella unos valiosos contactos para ellos proseguir y desarrollar su tarea, en la que tantos esfuerzos estaban volcando para hacer un producto atractivo y de calidad. En realidad, seguían dando pasos para especializarse en una materia en la que, desde entonces, acreditan notable solvencia. Al cabo del tiempo, y sin perjuicio de los números que no facilitamos por haber encontrado sitio en el depósito de la memoria que se activaba prácticamente a diario, comprendimos mejor el valor de aquella agenda, sobre todo para los momentos de apuro, para la dotación de contenidos de aquellos programas en los que no había material.
            Ha ocurrido algo similar con la lectura de un trabajo del periodista y profesor universitario sevillano José Luis Rojas Torrijos, titulado Periodismo deportivo. Hacia la innovación y el emprendimiento en la red (2013), atinadamente seleccionado por Fran Barquilla, periodista, editor y guionista de ‘social media’ para su blog El Tipómetro.  Después de señalar que para hacer un periodismo especializado “es una exigencia profesional ser exhaustivo en la recolección de datos y, aún más, en los procesos de verificación, selección y jerarquización  previos a la publicación o emisión de noticias”, distingue Rojas tres clases de fuentes periodístico-deportivas:
a)     Las primarias personales: deportistas, técnicos, directivos de clubes, federaciones y organismos, agentes o representantes, árbitros o jueces, empleados (médicos, juristas, delegados, subalternos), otros periodistas, ex practicantes y expertos o especialistas de áreas determinadas.
b)    Las primarias documentales: actas arbitrales, estadísticas deportivas, informes médicos o técnicos, acuerdos de órganos y resoluciones judiciales o de otro tipo.
c)     Y las secundarias: agencias de noticias, gabinetes de comunicación de organismos reguladores o patrocinadores, de federaciones o de clubes e informaciones de otros medios de comunicación (diarios y revistas de referencia en cada modalidad).  
Las primeras, está claro, son las que deben formar parte de la agenda de contactos de cada periodista o informador. Es decir, el propio profesional tiene que ser la mejor fuente, la más fiable, la más segura, a poco que haga un adecuado uso de sus procedencias y recursos, de modo que pueda adelantarse en las informaciones, lograr exclusivas u obtener testimonios relevantes y esclarecedores. Es así como el medio al que se debe ofrecerá un producto informativo diferente, sólido, riguroso y creíble. Es así como ganará respeto y credibilidad.

De modo que, en una época tan dada a la deformación y la superficialidad, cuando se abusa del periodismo declarativo, cuando se trata de rellenar y de opinar (especialmente en programas de tertulia y similares, el periodista debe andar bien pertrechado para ejercer su oficio con solvencia y seguridad. Tiene que esmerarse para que él mismo sea la mejor fuente. 

No hay comentarios: