viernes, 8 de mayo de 2015

TURÍSTICAMENTE COMPETITIVOS

Por si había dudas, el Foro Económico Mundial (FEM) las ha despejado: España encabeza por primera vez este año el denominado Índice de Competitividad Turística de viajes y turismo. O sea, que somos competitivos, estamos en condiciones de disputar a otros países, con el solvencia y recursos propios, las habilidades para fortalecer el sector y convertirlo -en este caso, consolidarlo- como uno de los segmentos más importantes del sistema productivo nacional. Las infraestructuras, los recursos naturales y la capacidad de adaptación a los nuevos hábitos de consumo digital son determinantes para este reconocimiento que viene a confirmar la línea ascendente de nuestro turismo.
Los expertos defienden que las ventajas comparativas de un destino turístico están representadas por el paisaje, la flora, la fauna, el clima y el patrimonio histórico-cultural. Aunque es discutible, los recursos turísticos, a diferencia de los de una industria, no suelen experimentar agotamiento como consecuencia de su uso, de ahí que la competitividad deba tener un tratamiento diferente. En ese sentido, la ventaja competitiva en el turismo ha de corresponderse con el acertado desenvolvimiento de un destino para emplear de forma efectiva sus recursos, a medio y largo plazo.
Precisamente, el FEM valora las potencialidades de ciento cuarenta y un países bajo catorce criterios. Entre éstos, además de los recursos naturales, son tenidos en cuenta los precios competitivos, la seguridad y los servicios específicos que se prestan a los turistas. En la clasificación, se tiene en cuenta que nuestro país es el tercero del mundo por el número de llegadas de turistas internacionales y la segunda potencia por ingresos. España se coloca por delante de Francia y Alemania como destino más atractivo y competitivo.
Un décimo puesto en infraestructuras portuarias y el duodécimo en aeropuertos no son los mejores, desde luego, pero son ponderados para la evaluación final, en la que los nuevos hábitos de consumo digital destacan al aparecer en cuarto lugar. En conceptos como la seguridad España tiene treinta y un países por delante en este ; y en la higiene, treinta y tres.
También hay flancos débiles. Por ejemplo, en el precio competitivo con el que España obtiene su peor nota y figura en el puesto ciento cinco, en tanto que es en el cien donde quedan sus condiciones para poner en marcha un negocio turístico.
Pero hay que quedarse con una de las conclusiones del informe del Foro, avalado por otros organismos internacionales como la Organización Mundial de Turismo (OMT) y la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA): el sector de los viajes y el turismo mundial, que supone un diez por ciento del PIB universal y que ha crecido en un promedio del 3,4% anual durante los últimos cuatro, frente al crecimiento del 2,3% por año de la economía mundial, evidencia su potencial para la recuperación de las economías nacionales.
La tan cacareada -aunque desigual e insuficientemente traducida- recuperación económica española tiene que ver, desde luego, con estos datos del sector servicios y de su sostén turístico en concreto. Hay que prolongar esa línea, desde luego. Porque está probado que somos competitivos.


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