Sobradez es un vocablo que se emplea mucho en Colombia,
Perú y Ecuador. Viene a significar, según la Real Academia Española (RAE),
petulancia o engreimiento.
Algo de ello se ha detectado en el entrenador del F.C.
Barcelona, Luis Enrique, quien a respuestas ocurrentes en los días de vino y
rosas, ha añadido algún desplante cuando ahora que vienen mal dadas. Como por
ejemplo, la del domingo, tras la derrota ante el Valencia: un periodista,
Víctor Malo, “osó” preguntar por el estado físico del plantel, si estaba
repercutiendo en el rendimiento de las últimas confrontaciones.
-¿Cómo dices que te apellidas?-, respondió el técnico
blaugrana. Y sin margen de réplica, espetó:
-Siguiente
pregunta.
Somos conscientes de que todos los entrenadores tienen su
carácter o su temperamento y que los de los equipos grandes son escrutados al
máximo, especialmente en época de vacas flacas. Hasta el punto de que una mala
racha de resultados puede agravarse e influir en un posible cese si va
acompañada de contestaciones o actitudes que bordeen la malcriadez o el
desplante.
Pero, por esa misma razón, los técnicos, además de saber
que lo de las críticas va en los suculentos ingresos, deben ser conscientes de
su condición de imagen del equipo o del club y, por consiguiente, conducirse de
la manera más ortodoxa posible, especialmente cuando le toca su turno de
comparecer ante los medios. Sus gestos, sus palabras, sus risas y sus
respuestas son miradas con lupa. No digamos sus decisiones. Y si hay alguien
con mala uva, la interpretación de ese comportamiento visible puede ayudar muy
poco.
Hasta ahora, Luis Enrique acreditaba un punto de sobradez,
amortiguado por los resultados y los récords de la formidable escuadra que
dirige. Puede que hasta le rieran las gracietas y los zascas. Pero el domingo,
utilizando entre interrogantes un juego de palabras con el apellido de un
periodista y cortando, sin contestar la pregunta, ya desbordó ese punto.
Alguien le habrá advertido de que así es difícil ganarse
las simpatías. Se puede estar de mal humor por un resultado adverso pero nunca
perder la compostura. Y menos en el F.C. Barcelona.
1 comentario:
Hoy nos hemos puesto de acuerdo.
Publicar un comentario