A la espera de que la propia organización ofrezca explicaciones y anuncie las medidas que va a adoptar, Cruz Roja está sufriendo unas críticas y unos ataques, más bien, difícilmente digeribles. A todos resulta complicado aceptar que una institución de su importancia, con valores, actuaciones y prestaciones más que acreditadas, esté recibiendo varapalos en tribunas, redes y engendros mediáticos a cuenta de los que parecen se comportamientos indebidos –como sumarse a algún baile o festejo de migrantes que celebraban, a su modo, haber llegado a tierra después de su aventura en la travesía atlántica- por parte de algunos integrantes cruzrojistas que les habían atendido.
Cruz Roja es una institución humanitaria, de carácter voluntario y de interés público que desarrolla su actividad con plena entrega y responsabilidad. ¿Quién no ha tenido en algún momento de la vida una relación, un vínculo, una necesidad de atención, un servicio o una colaboración que prestar o recibir de Cruz Roja? Y siempre estaba ahí, cuando se la necesitaba.
Algunos hemos seguido de cerca su evolución hasta convertirse en una organización no gubernamental prestigiosa, modernizada y vanguardista. Desde aquellas reuniones de personas altruistas, que dedicaban buena parte de su tiempo libre al cuidado y la atención a los demás. Cambió la estructura hecha a semejanza de la que existía en el Ejército de Tierra a otra más adaptada a tiempos recientes en los que ha sido posible contrastar los avances y la adaptación a los esquemas y las exigencias de nuestros días. Se ha ido labrando una nueva Cruz Roja, con otro carácter y otra proyección, pero su espíritu de entrega y solidaridad, su compromiso y su dedicación con tal de auxiliar a los demás permanecen indeclinables.
De manera que esos denuestos a los que nos estamos refiriendo son claramente injustos. Una generalización más de las que abundan en tiempos convulsos, durante los que algunos sin escrúpulos se apuntan a beneficios directos e indirectos, y con la que se trata de denigrar o desprestigiar una organización merecedora de respeto y consideración.
Que dispone, por cierto, de un canal de denuncias gestionado por una firma externa, ‘González Franco, abogados’, desde el que se tramita ese tipo de acciones hacia el Comité de Cumplimiento con todas las garantías exigibles. En este sentido, Cruz Roja, además de posibilitar que sus voluntarios y voluntarias y empleados denuncien internamente, pone a disposición de todos los ciudadanos, principalmente de las personas usuarias, clientes, proveedores… un canal externo de denuncias al objeto de que reporten los incumplimientos del Código de Conducta o aquellas irregularidades, ilícitos o comportamientos delictivos que detecten en el seno de Cruz Roja.
Este canal está creado exclusivamente para denunciar irregularidades, ilícitos o delitos. Por ello, si las denuncias no tienen consideración de ilícitos o suponen una vulneración al Código de Conducta de Cruz Roja Española no recibirán respuesta. Los usuarios que deseen información o transmitir una reclamación, queja o sugerencia, así como realizar peticiones de ayuda, pueden hacerlo en el propio sitio web de la organización.
Nos hacemos cargo del malestar que habrá embargado a los cruzrojistas de toda la vida, los de antes y los de ahora, los que están al pie de ambulancia, los que tienen asignado su cometido asistencial en cualquiera de sus modalidades, al recibir a ese rosario de críticas y descalificaciones con el que se quiere minar y poner en entredicho los valores de la institución.
No importa: Cruz Roja seguirá trabajando como siempre, revisando situaciones y adoptando las medidas internas precisas al calor de aquellas circunstancias sobrevenidas que aconsejan una actuación previsora y consecuente.
1 comentario:
No estoy nada de acuerdo con el comportamiento de la cruz roja en Canarias . desde luego que no volveré a dar ningún donativo , saludos.
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