Siempre se parte de la
premisa de que cada quien es libre de festejar como quiera. A su manera. A su
estilo. Por el motivo que estime conveniente. Desde marcar un gol a aprobar una
asignatura. Desde el nacimiento de un descendiente a un aniversario… Por tanto,
desde ese punto de vista, nada que objetar.
Pero brindar y dejar el momento para la posteridad
después de la instalación de unos depósitos o filtros que han de servir para
paliar o resolver un problema de abastecimiento de agua que afectó a miles de
personas, parece, sencillamente, inadecuado o fuera de lugar. Y hasta si
apuran, desproporcionado.
Brindaron con agua. Qué mejor, se habrán dicho. Y al
mejor estilo electorero, como si de un logro social que dimensionar se tratare,
posaron, así, en momento brindis, para la posteridad. O sea, quienes estaban
obligados a encontrar soluciones a un problema de abastecimiento, quienes
dejaban transcurrir los días sin concretar alternativas, casi haciendo caso
omiso de protestas en redes sociales, terminaron brindando por la instalación
de los depósitos que vienen, queremos pensar, a garantizar suministro y calidades.
Han cumplido con su deber. Era su responsabilidad.
Estaban obligados. Y punto. Bueno: infórmese a la población de la actuación
ejecutada y baste. Lo del brindis no es que parezca: es un exceso. Por eso
decimos que cada quien festeja o celebra a su manera. Encima, a presumir de
eficiencia cuando durante semanas se acumularon todos los riesgos del mundo y
todos los quebrantos derivados de un suministro irregular y no apto para el
consumo.
1 comentario:
Desafortunadamete tienes toda la razón y te quedas incluso, corto. Más que brindar yo pediría disculpas por el retraso en la solución de un problema muy importatne para la población, y lo que a mi más me importa, explicar que medidas se toman para que no ocurra otra vez o ser más rápidos en la solución.
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