Algunas
estadísticas turísticas parecen advertir al Gobierno que no se duerma en la
autocomplacencia. Que frente a los récords, hay datos indicadores de que no es
oro todo lo que reluce. Y que hacer un discurso triunfalista, del tipo qué
buenos somos, para sustanciar la recuperación, tiene sus puntos flacos.
Lo veíamos hace poco, a cuenta de las
llegadas, las pernoctaciones… y la economía sumergida. Una buena parte del
sector, acaso la más preocupada en dotarlo, por fin, de una solidez
estructural, sigue empeñada en no lanzar campanas al vuelo, esto es, hacer
lecturas estadísticas más realistas, revisar planteamientos y proyectar una
imagen de la bonanza mejor dimensionada. Porque la competitividad es exigente y
otros destinos ya están en ello.
Veamos las razones para andarse con
cautela. De los resultados comparados de dos encuestadoras oficiales, Frontur y
Egatur, se desprende que el pasado mes de julio el gasto medio por turista
extranjero cayó un 1,3% en tasa interanual. Recordemos que ese mes España
registró el mejor dato de la historia en lo que a llegadas se refiere, solo
superado por agosto del pasado año.
(Para quienes no conozcan, digamos que
Frontur, dependiente del ministerio de Industria, Energía y Turismo, es la
encuesta de movimientos turísticos en fronteras. Es la operación estadística de
la subdirección general de Conocimiento y Estudios Turísticos que engloba datos
relativos a la entrada en España de visitantes no residentes en el país.
Egatur, por otro lado, dependiente de Turespaña, es la Encuesta de gasto
turístico que se elabora para conocer el volumen de gasto turístico total
efectuado por los visitantes extranjeros, algunos de cuyos aspectos clave en
cuanto a comportamiento turístico se refiere, también son analizados en el
estudio que incluye todo el gasto del turista relacionado con su viaje a
España, consignado el transporte y la contratación de servicios desde el país
de origen).
El gasto medio por turista extranjero,
según Egatur, fue en julio pasado de 983 euros, como ya dijimos, un 1,3% menos
que el mismo mes de 2013. La explicación que ofrecieron los responsables de la
encuesta es que “el gasto medio diario (unos 104 euros) permaneció
prácticamente constante y el gasto medio por persona (983 euros) descendió
levemente debido a una pequeña reducción de la estancia media”.
El caso es que, al venir más turistas,
se eleva el gasto total. Vale. Pero si en julio el incremento interanual del
gasto total de los turistas internacionales se incrementó un 4,5%, ello se
debió a que llegaron más visitantes, no porque éstos gastaran más. Canarias,
por cierto, detrás de Catalunya, fue la comunidad donde más gasto adicional se
acumuló, con una variación interanual del 8,3%.
En definitiva, que hay que insistir en
la prudencia y en la cautela, a la hora de valorar las estadísticas. No es que
súbitamente España y nuestra Comunidad Autónoma hayan despertado el interés de
quienes prefieren estos destinos vacacionales. Hay factores y circunstancias
que se deben aprovechar, de acuerdo, pero es la sostenibilidad lo que se busca
y un incremento de lo que se queda aquí. Y ahí se ve que afluencia y gasto por
turista no se corresponden.
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