martes, 14 de julio de 2015

LA DECADENCIA, ANTE EL MINISTRO

El Puerto de la Cruz es hoy escenario, en medio de una de sus festividades principales, de la entrega de las cinco medallas y dos placas al mérito turístico 2014 que concede el ministerio de Industria, Energía y Turismo. Su titular, José Manuel Soria, acompañado de la secretaria de Estado de Turismo, Isabel Borrego, estarán presentes en el acto. La isla La Palma recibirá uno de los galardones que la distingue como Destino Emergente. Y el Grupo Piñero, que tiene algunos establecimientos hoteleros en las islas, recibirá una medalla que premia la internacionalización de su expansión, cifrada en su operatividad en más de treinta países y en la gestión de más de cinco millones de estancias turísticas. Para todos los galardonados, la enhorabuena.
        Está claro que la ciudad vibrará más con su fiesta marinera que con esta convocatoria que posiblemente  interese casi de forma exclusiva al ámbito turístico. La proyección mediática y propagandística no podrá evitar referencias a su proceso de decadencia, agitado hace pocas fechas por los datos negativos de sus precios hoteleros, y en el que hará falta algo más que voluntarismo para superarlo. Un gobierno local que se estrena relativamente y del que apenas se tienen noticias sobre lo que quiere y piensa hacer en materia turística tiene derecho a sentirse estimulado por ser ciudad-sede, pero debe ser consciente de la gloria efímera de las fotos y los titulares en plena jornada del Carmen. Como el pueblo parece estar más pendiente de sus festejos, para vivirlos a su aire ácrata, acomodaticio y desenfadado, pocos se acordarán de este evento cuando se sucedan los avatares que pondrán de relieve el escepticismo con que hay tomarse las cosas del Puerto.
        Para el anecdotario quedan los esfuerzos ministeriales en llenar el recinto, la escasa respuesta inicial del empresariado local, las llamadas motivadoras, los arreglos y los adecentamientos apresurados de espacios públicos por los operarios municipales… Es curioso pero quienes en el pasado reprochaban “la ruta de las procesiones” son casi los mismos que ahora no solo la repiten sino que la prolongan con “el trayecto del ministro”. Bienvenido, ‘míster’ Soria, aunque sería bueno que aclarase si se puede seguir confiando en lo del Consorcio, el último tren de progreso que pasaba por aquí.   Pero, en fin,  sean esos lavados de cara positivamente recibidos porque la ciudad los necesita. Solo basta darse una vuelta por las redes sociales para contrastarlo. Y claro que no se conforma con ellos. Quiere más.

La cuestión de fondo es harina de un costal más importante: necesidad de revitalizar a fondo el municipio, consolidarlo como destino turístico diferenciado, transmitir a la ciudadanía y a los actores sociales pruebas claras y serias de que se pueden desbloquear algunas actuaciones, incentivar a los diezmados sectores productivos, hacer viables proyectos e iniciativas. El Puerto no volverá nunca a ser lo que fue pero tiene derecho a escribir un futuro menos sombrío.

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