viernes, 17 de julio de 2015

¿NO LES PARECE?

Los problemas y las necesidades del Puerto de la Cruz, en materia turística, no se arreglan con un plan de ‘marketing’, por muy ambicioso que sea. Es la primera conclusión. Está bien que se afronte pues hay que competir pero no es la panacea. Ya hubo iniciativas similares en el pasado, con desigual fortuna. Luego, se trata de introducir nuevas acciones y revisar o fortalecer aquéllas que en el pasado no cuajaron o, al revés, surtieron efectos positivos y, en definitiva, vinieron a proyectar la marca y el destino diferenciado que, en teoría, es Puerto de la Cruz.


Además, como otras veces, son Cabildo y el Ayuntamiento quienes asumen y coordinan el plan cuyos contenidos, a la espera de ser conocidos con detalle, estarán basados en un Plan de Modernización que el Consorcio de Rehabilitación Turística trató de impulsar en medio de sus avatares. Consorcio cuya continuidad, por cierto, da por hecha todo el mundo, aun cuando no se tienen siquiera declaraciones públicas determinantes de los responsables.

Ese Plan de Modernización tenía como fundamentos la implementación del propio destino así la promoción y desarrollo de nuevos productos y experiencias, con el fin primordial de crear o acentuar rasgos característicos propios que fueran, en sí mismos, valores diferenciados y competitivos sobre otros destinos. El próximo mes de agosto se cumplirá un año del comienzo de la confección de este Plan de Modernización, al que se incorporan, según se ha sabido, veintiséis convenios firmados para avanzar en la mejora de la oferta turística portuense.

Pero, volviendo al principio, se precisa algo más que el ‘marketing’ puntual o estacional. Ni siquiera conviene entretenerse, llegado el momento, en debates sobre las orientaciones y aplicaciones que definan los responsables. Si eso sucede, por ejemplo, y seguimos sin acometer la reconstrucción de la estación de guaguas pues continuaremos con una carencia infraestructural penosa teniendo en cuenta el significado y las características de esa instalación. Es decir, la ciudad, como tal, y como destino turístico, necesita hechos que de verdad reflejen una modernización necesaria.

Se requiere, entonces, una acción decidida de los poderes públicos para transformar, para abrir nuevos caminos, para innovar y cualificar la oferta turística. El Puerto, por fortuna, sigue conservando activos valiosos, encantos inigualables. Y hasta los componentes de su oferta -entre los que se incluyen, por supuesto, los de índole privada- permiten seguir fidelizando clientela. Hay que seguir cultivándolos. Pero siendo conscientes del riesgo que supone quedarse muy atrás y perder los raíles de la competitividad, tan exigentes en la sociedad de nuestros días.

No basta, pues, con un plan de ‘marketing’. Está bien pero se demandan otras cosas. Sería muy interesante, en ese sentido, hablar de un ‘Plan de inversiones’, ¿no les parece?

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