martes, 6 de septiembre de 2016

UN SINVIVIR

Desde Venezuela se amontonan las peores noticias. Un régimen totalitario, una sociedad fracturada, una convivencia desasosegada, una inseguridad ciudadana galopante, una carencia de abastecimientos y suministros, un desamparo palpable de jubilados y pensionistas, unos presos políticos, una manifiesta realidad de aislamiento… un sinvivir, en fin.

En ese contexto, expuesto de forma muy genérica, nada de lo que allí suceda ya causa asombro. Sin ir más lejos, que el presidente del Gobierno, Nicolás Maduro, llame en público “coño e’madre” y “viejo malvado, perverso”, al presidente de la Asamblea Legislativa Nacional, Henry Ramos Allup, nos hace ver hasta dónde alcanza el irrespeto y el deterioro de la vida institucional. Una crisis de marca mayor, de impredecible salida y de efectos devastadores. A saber cuándo puede estabilizarse y recuperarse Venezuela.

Y si a todos estos males se suma el secuestro de periodistas, preparémonos para lo peor. Desde hace tiempo, hay antecedentes de amenazas, de cierres, de sanciones, de intimidaciones… pero ya se ha llegado al colmo con la desaparición de Braulio Jatar Alonso, abogado y editor del digital Reporte Confidencial, cuya vivienda fue allanada por funcionarios del Servicio de Inteligencia (SEBIN, policía política) que, supuestamente, le trasladaron a lugar desconocido.

En el momento de redactar y editar el presente comentario, nada se sabe de la suerte de Jatar. Los testimonios de su esposa y hermana, visibles en youtube, son desgarradores. El periodista se dirigía a los estudios de la emisora en la que habría de realizar un programa de radio. Jatar ya había informado -mediante la difusión de videos y opiniones en redes rápidamente convertidos en virales- de la accidentada presencia del presidente venezolano en Villa Rosa, distrito de Porlamar (isla Margarita), donde recibió una sonora protesta ciudadana en forma de ‘cacerolada’. Los hechos ocurrieron en la tarde-noche del viernes pasado; en la mañana del sábado Braulio Jatar Alonso no llegó a los estudios.

El coordinador de Foro Penal en el estado de Nueva Esparta, Pedro Arévalo, confirmó que Jatar fue aprehendido tras la difusión de los videos y testimonios aludidos. A su hijo no le han facilitado desde el SEBIN informaciones sobre el paradero, lo que precipitó su calificación de los hechos, así recogida en varios medios venezolanos: “Esto es un secuestro”.

A la espera del esclarecimiento de los hechos, aprehensión o secuestro o desaparición y la consabida falta de información ponen de relieve que las libertades también están amenazadas en el país hermano. Cuando es un profesional de la información quien padece esos métodos tan característicos de ciertos regímenes, todos sabemos lo que ello significa: pérdida de valores esenciales, de opciones de expresión, de pluralismo, de credibilidad… de libertad, en definitiva.

Organizaciones cívicas, profesionales y de derechos humanos se han puesto en marcha para reclamar información sobre lo ocurrido y, lo más importante, sobre la vida de Jatar Alonso. El gobierno venezolano no se sostiene y mucho menos con sucesos de este tipo, absolutamente condenables. Pensar que este mismo mes, en el mismo lugar de la desaparición o del secuestro del periodista, se va a celebrar una cumbre del Movimiento de Países no Alineados, a la que asistirán representantes de ciento veinte países, es para redoblar la protesta, la preocupación y la reivindicación de las libertades y de los derechos.


Un sinvivir.

No hay comentarios: