martes, 14 de febrero de 2017

CUANDO SE PERJUDICA LA COBERTURA INFORMATIVA

La Ley de Seguridad Ciudadana, coloquialmente conocida como 'Ley mordaza', sigue causando estragos. Así se desprende del informe de la organización Reporteros Sin Fronteras (RSF) sobre el estado de la libertad de prensa en ciento ochenta países del mundo. España, en efecto, no sale bien parada: nuestro país baja un puesto en la clasificación con respecto a 2015. Se sitúa en el lugar 34, por debajo de Australia (25), Letonia (28), Alemania (16) o Luxemburgo (15). Cierto que algunos países europeos han evolucionado negativamente, como Alemania, que pasa del 12 al 16; Francia, que baja del 38 al 45 o el Reino Unido, que va del 34 al 38 y que ello obedece a la promulgación de normas que afectan directamente a la libertad de prensa o al ejercicio profesional; pero el registro español es especialmente preocupante desde que se aprecia que las consecuencias de esa 'Ley mordaza' están calando profundamente en amplios sectores del ámbito de la comunicación.

Lo que son las cosas: hace unos años, se apuntaban voluntariamente en la redacción quienes querían cubrir una manifestación o los exteriores de algún acto público que entrañaba ciertos riesgos. Hoy, entre la escasez de trabajadores y las previsiones de lo que pueda suceder, cualquier disculpa resulta válida para eludir el encargo.

Y es que, según el citado informe, la aplicación de la Ley de Seguridad Ciudadana se plasmó en una serie de impedimentos y represalias para los informadores. Varios periodistas, en efecto, fueron sancionados con multas administrativas -alguna, de gran cuantía- tras haber grabado o fotografiado sucesos, incidentes y desarrollos de manifestaciones en la vía pública, en tanto que otros sufrieron medidas judiciales contrarias al derecho a informar, bien es verdad que “en la mayor parte de los casos, las peticiones fiscales se acabaron retirando o no prosperaron”.

La presidenta de RSF en España, Malén Aznárez, una vez publicitado el informe, ha reivindicado la derogación de la Ley de Seguridad Ciudadana y ha solicitado al Gobierno que “deje trabajar en libertad a los medios públicos, que mejore la transparencia y el acceso a la información y que pueda haber preguntas en todas las ruedas de prensa con responsables guernamentales”.

Hacer la foto de una detención o de una cacerolada o de un accidente laboral fue represaliado por agentes policiales. También figura en la recopilación de RSF el proceso abierto contra dos redactores del diario Abc que informaban sobre el caso Bárcenas y fueron acusados de presunta revelación de secretos. El fiscal, finalmente, retiró la petición de prisión y solicitó el archivo del caso.

Aznárez, a la luz de los contenidos del informe, concluye que “se trata de una norma coercitiva, arbitraria e intimidatoria, tanto para los periodistas como para los ciudadanos”. Esa apreciación acarrea perjuicios a la cobertura informativa y vulnera el derecho de los ciudadanos a ser informados. La presidenta de RSF recuerda que la 'Ley Mordaza' ha sido cuestionada “por todos los partidos, excepto el PP en el Gobierno” y ha sido denunciada ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos “por varios medios y juristas españoles, por las cortapisas que supone para el libre ejercicio de la información, especialmente con la prohibición de tomar y difundir fotografías de acciones policiales y las faltas de respeto y resistencia a la autoridad”.

¿Significa todo ello que han vuelto los tiempos de la censura? En el sentido clásico, Aznárez lo niega, entendiendo como “consignas oficiales o memorandos de directrices destinadas, como puede ocurrir en países como China, con censura institucionalizada y medios controlados desde el poder político”. Pero hay que consignar algunos casos en lo que se intentó impedir la emisión o publicación de noticias de gran interés, “mediante procedimientos judiciales en los que se pedía penas de cárcel para periodistas o se amenazaba con prisión si se publicaban ciertos asuntos”. La misma presidenta de RSF se congratula de que al final impere la cordura o se reconozca el interés público de un hecho noticioso para evitar males y penas de mayor calado.

Pero bajar un puesto en el 'ranking' y quedarse en el 34 no es para resignarse ni estar contentos, no. Y es que cuando se perjudica la cobertura informativa, todos salimos perdiendo.

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