miércoles, 4 de abril de 2018

BALÓN DE ORO CANARIO

Es loable cualquier iniciativa que, afrontada con entusiasmo, voluntad de superación y un poquito de esmero, resulta válida para estimular una competencia deportiva, por ejemplo, o el quehacer profesional, individual o colectivo, en una actividad de cualquier naturaleza. No estamos acostumbrados a eso, precisamente, en nuestros ámbitos más cercanos, de ahí que valoremos los intentos de emprendimiento que van aflorando.De la crisis se sale también con imaginación, con ideas, con audacia y cierta capacidad de riesgo. Entonces, si fructifican los intentos, estaremos ante nuevos alicientes y esas actividades cobrarán más interés para practicantes, ejecutivos, destinatarios y espectadores.
Es lo que acaba de suceder con la primera edición del Balón de Oro Canario -hasta la denominación tiene sus encantos- en la que han venido trabajando Marcos Díaz Gutiérrez y un entusiasta grupo de colaboradores, algunos de ellos vinculados al periodismo deportivo que aún ejercen. A la chita callando, sin oropeles anticipados, conscientes de que era necesario dedicar horas y suplir la falta de recursos con prestaciones eficientes que superaran el listón del voluntarismo o del cumplimiento sin alardes, los promotores se lanzaron a la conquista de patrocinios comerciales, de apoyos corporativos o institucionales y de la participación de los propios deportistas para abrir un espacio en el grupo duodécimo de Tercera división, para todos el grupo canario.
El resultado, en nuestra opinión, es muy estimable. Convocan una gala en la Casa de la Cultura de Los Realejos, lleno su aforo. Ambiente plagado de expectativas, se notaba. Presentación austera y ajustada de Pedro Ángel Gómez Barreto, quien imprimió la emoción adecuada en el momento de las votaciones, proyectadas con transparencia sobre una pantalla, casi como si de un festival musical se tratara (aunque fuera grabado). Presentación de los aspirantes. La actuación musical del dúo Beware, compuesto por Yaiza Pérez y Eliseo Lloreda. . Proyección de un video que glosaba la historia de la competición, que se inició en 1980-81. Presencia en el escenario del máximo goleador de esa historia, Ignacio Mederos -¡qué orgulloso se hubiera sentido su padre!- quien, con 44 tantos, aún conserva el récord. Trece periodistas de las islas, de ambos sexos, que, debidamente identificados, emitieron sus puntuaciones, entre 1 y 5. Patrocinadores y jugadores finalistas al escenario. Entrega de premios a los mismos: Echedey Mayor (Estrella F.C.), Gerardo (Buzanada), Cherre Bello (Las Zocas) y Jorge (Santa Ursula), así como al ganador del primer Balón de Oro Canario, Brian Martín, quien juega como delantero del Tenerife B y ya ha tenido algunas apariciones en el primer equipo. Barreto le arrancó unas palabras que contenían tanta gratitud como emoción.
Y culminó el acto -una duración computada muy llevadera- con el anuncio de la segunda convocatoria, prevista para enero del año próximo en Gran Canaria. El grupo canario de Tercera necesitaba un estímulo así. Y el team de Marcos Díaz Gutiérrez, muy compenetrado, que parece tener afanes perfeccionistas, acreditó que es capaz de lanzarlo con decisión y coraje, desafiando incluso las restricciones. Con modestia pero con visión clara de que esta es una obra de futuro que, si no hay alteraciones graves, se terminará consolidando. Desde la puesta en marcha del Trofeo Teide y del impulso experimentado por el fútbol femenino, no se conocía una inciativa tan atrayente.
Plausible, en fin, el empeño de los mentores.

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