Desde La Palma llegan noticias tan desconcertantes como aquella súbita ruptura de la alianza política que determinaba la gobernabilidad en el Ayuntamiento en Santa Cruz de La Palma. Y como es cuestión de hacer seguimiento a la diversidad productiva pues parece demostrado que los canarios no van a vivir solo de la actividad turística, pues ahí aparece, en el lado de lo positivo, la iniciativa de dos departamentos del Gobierno de Canarias, la consejería de Economía, Conocimiento y Empleo y la de Agricultura, Ganadería y Pesca, en con colaboración del Cabildo Insular, consistente en desarrollar tres programas de formación en alternancia con el empleo por un importe cercano a diez millones de euros, con un alcance estimado de cinco mil personas beneficiarias. Municipios de la acción: San Andrés y Sauces y Barlovento.
En tiempos de crisis, hay que destacar, por supuesto, la colaboración interinstitucional, que también se refleja, ya que hablamos de La Palma, en el Plan de Empleo de Transición Ecológica (PETE), dotado con cinco millones para la contratación de quinientas personas desempleadas, en cumplimiento del Plan de Reactivación que dedica una parte, como se sabe, a los Objetivos de Desarrollo Sostenible. A lo largo de 2020, en concreto, el Servicio Canario de Empleo (SCE) distribuyó fondos entre los ayuntamientos y el Cabildo de La Palma para la actual ejecución de actuaciones de orientación por valor de doscientos cuarenta y un mil quinientos cincuenta y ocho euros euros en beneficio de seiscientas cinco personas. A ellas hay que añadir programas de formación por importe de tres millones doscientos setenta y tres mil novecientos cuarenta euros a favor de tres mil ciento noventa y dos personas. Luego hay que consignar los programas de oportunidades de empleo por cuatro millones doscientos noventa y dos mil treinta euros para cuatrocientas ochenta y una personas; y los de ayuda al emprendimiento para los que habría crédito de un millón quinientos diecinueve mil euros del que se beneficiarían ochocientas veintisiete personas.
Según fuentes de la consejería de Economía, Conocimiento y Empleo, con tres mil novecientas diez personas trabajadoras en los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) de novecientas diecisiete empresas palmeras, el mercado laboral de la isla bonita contabilizó ocho mil ochocientas noventa y dos personas desempleadas tras reducir el paro el pasado septiembre un 2,47% con respecto al mes anterior, un periodo clave para afrontar el actual proceso de recuperación económica como consecuencia de la crisis sanitaria por la pandemia de COVID-19.
Las ayudas están bien pero los programas de formación son los que hay que considerar fundamentales en las circunstancias de crisis que nos envuelven. El problema es que la tasa de desempleo estructural no se reduce o desaparece solo con tales ayudas. Por eso, la capacitación es un factor clave que hay mejorar o enriquecer. De ello deben ser conscientes también los beneficiarios de las ayudas que, en ciertos segmentos de edad, han de plantearse alternativas en busca de un puesto estable en el mercado laboral.
Lo dijo la consejera de Agricultura, Ganadería y Pesca del ejecutivo autónomo, Alicia Vanoostende: “Las inversiones en el ámbito rural tanto en infraestructuras como en formación, son importantísimas para que los habitantes de las zonas rurales puedan acceder a los mismos servicios que en una ciudad, como centros de salud o guarderías, para seguir luchando contra esa España vaciada y contra el cambio climático”.
En fin, una iniciativa bien programada y bien dotada. Que sea provechosa en sus destinos.
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