miércoles, 27 de enero de 2016

PARADOJAS DE LA POLÍTICA



De la caja de curiosidades y de contradicciones de la política se pueden sacar muchas cosas, claro que sí. Y del paisaje surgido tras las elecciones legislativas en España del pasado 20 de diciembre, se extraen -se siguen extrayendo- situaciones cada vez más insólitas y cada vez más difíciles de explicar, en ahora mismo en el proceloso maremágnum de la incertidumbre que genera cualquier fórmula de gobernabilidad.
Cierto que no hay que perder la compostura y que cada hecho, por muy imaginativo y audaz que resulte, debe ser analizado y replicado, aunque la espada del tiempo apremie respuestas que son insuficientes o insatisfactorias, según para quien se hable.
Bueno, pues entre esas situaciones inauditas hay una llama que la atención: que el derechío mediático -por emplear un concepto que globalice- dé cancha y pondere a los mismos políticos socialistas que en su día denostó y criticó de forma inmisericorde, es cuando menos, paradójico. Los intereses son los que son, de acuerdo. Y se respetan los planteamientos ideológicos. Nada que objetar. Pero que Felipe González, Alfonso Guerra, José Luis Corcuera, Rodríguez Ibarra y hasta Eligio Hernández estén recibiendo parabienes y consideraciones positivas por parte de prácticamente los mismos que les sacudieron de lo lindo es, cuando menos, paradójico.
Igual no eran tan malos entonces, cuando ejercían. Y lo vienen a reconocer ahora, cuando el tiempo nos alcanza, por emplear un título de Guerra.
País.

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