miércoles, 20 de julio de 2016

PERIODISMO EPIDÉRMICO, SINCOPADO Y TARTAMUDO



“Este es un periodismo epidérmico, sincopado y tartamudo”, define Luz Sánchez-Mellado en El País.
Y claro, nos vamos a las conclusiones de la última investigación del Centro de Iniciativas Sociológicas (CIS) sobre “Calidad de la democracia”, realizada por la politóloga Irene Palacios, y solo tenemos que reafirmar la preocupación ya expresada: los españoles suspenden el papel que desempeñan los medios de comunicación en la democracia.
En una escala de 0 a 1, en efecto, la sociedad española encuestada por el CIS otorga una valoración de 0,48. El estudio también concluye que, al hacer una valoración global de la calidad del sistema democrático, el dato (0,46) no difiere mucho de aquel parcial o concreto referido a los medios.
El estudio, basado en dos encuestas realizadas en 2007 y 2009, recoge las siguientes cuestiones:
-¿Reflejan los medios la pluralidad de opiniones existe en la sociedad?
-¿Reflejan los medios la capacidad para frenar abusos de poder por el Gobierno?
-¿Ofrecen la televisión pública nacional y los canales autonómicos una información imparcial?
Al respecto, los ciudadanos encuestados valoran con un 0,49 la pluralidad de los medios; aprueban con un 0,61 la capacidad de los medios ante el poder y califican con un 0,43 y un 0,39 la imparcialidad de la televisión pública (TVE) y las cadenas autonómicas, respectivamente.
Un dato llamativamente coincidente: en la encuesta de 2007 también se interrogaba por la capacidad de los medios frente al Gobierno y el resultado era idéntico, 0,61.
En definitiva, los medios no están contribuyendo a mejorar la calidad democrática del país, algo de lo que se habla con frecuencia, incluso de forma recurrente, sin que ni siquiera su papel o su función estén contribuyendo a un objetivo primordial como es el de hacer que madure y perfeccione el propio sistema.
Claro, si lo que se hace es “periodismo epidérmico, sincopado y tartamudo”, tampoco es para esperar milagros.

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