martes, 26 de julio de 2016

VAYÁMONOS PREPARANDO



Los usuarios de la TF-5, de la autopista del norte, pacientes y sufridores, especialmente en determinadas franjas horarias, vamos a sumar una doble extraña sensación: por una parte, ya hay acuerdo interinstitucional para llevar a cabo las obras que, supuestamente, eliminarán los atascos que, cuando menos, ponen en riesgo todos los horarios previsibles. Pero, por otra, preparémonos para soportar, hasta su finalización, los trastornos y las incomodidades. Será un período terrible, seguro.
Porque, según se desprende las informaciones periodísticas, no serán trabajos sencillos. Se habla de soterrar la vía en Los Rodeos, San Lázaro y San Benito. El proyecto consigna la ampliación a seis carriles, de modo que los dos centrales sirvan específicamente como bus-vao, esto es, uso exclusivo de transporte público y vehículos con más de dos ocupantes. Están previstas obras complementarias como rotondas de acceso en varios puntos que generarán una reordenación de los enlaces.
¿Y las fechas?, se estarán preguntando. Paciencia también, porque hay que aguardar al nuevo convenio de carreteras que firmen los gobiernos de España y de Canarias. Las previsiones de comenzar el próximo mes de septiembre parecen, dadas las circunstancias, demasiado optimistas.
Pero vayámonos preparando. Hagamos acopio de aguante y resistencia. Pensemos en un paisaje de modificación infraestructural, con grúas y maquinaria, con desvíos y señalizaciones apremiantes. Y seamos previsores para los desplazamientos que, desde luego, van a estar muy condicionados por todos estos factores. Los programas de las emisoras de radio que están en directo a esas horas ya saben que tienen un núcleo informativo fijo.
Si hasta ahora la paciencia y el sufrimiento han sido elementos de fatiga viaria, todo da a entender que se avecina una temporada en la que no van a mermar. El final del proyecto, se supone, será muy positivo. Pero, hasta entonces, la de trastornos y quebrantos que habrá que soportar será de marca mayor. No nos queda nada.

1 comentario:

Ricardo Soriano dijo...

A pesar de los dos futuros carriles bus-vao, ya veremos que resultado dan, siempre la misma historia, seguimos consumiendo territorio: a más vehículos más carriles.
Se echan en falta otras soluciones entre ellas una mejor planificación del transporte público: más frecuencia de guaguas, quizá con guaguas más pequeñas a ciertas horas y en determinados trayectos y sobre todo una pedagogía mantenida en el tiempo que hiciera atractivo, por necesario, el transporte público. Claro que entonces no habría inversión pública en obras faraónicas que otorgar a grandes empresas o UTES, ni cintas que cortar sacando pecho.Mucho bla, bla, bla pero en la guagua sólo nos subimos los que no tenemos carnet de conducir o aquellos que no tienen dos o tres coches en la familia. Y si uno mira desde la guagua el carril de al lado, lo que ve mayoritariamente son coches donde sólo viaja el conductor.
Por el momento ventajas para el transporte público ninguna.