miércoles, 28 de septiembre de 2016

EL DÍA DESPUÉS



Toda mala situación tiende a empeorar. El dicho se cumple la mayoría de las veces. Una crisis puede abrirse hasta con una insignificancia pero cuando se desata y no se ataja, siquiera con una decisión drástica, va subiendo el descontrol y cuando se quiere actuar, ya es tarde. Hasta sumirse en el colosal desbarajuste. El horno de la política no está para bollos críticos, delicados y difíciles de digerir. Al revés, el personal, bastante harto y sin alicientes sólidos para volver a creer en algo, se siente cada vez más confundido y hastiado. Y es inevitable, pues, la sensación de rechazo.
La política se vuelve antipática, no solo porque sus actores directos así lo quieren sino porque quienes jalean desde ciertas tribunas (mediáticas y no mediáticas) aprovechan estas revolturas para hacernos ver el caos indómito.
No se piensa en el día después. Es decir, barruntar los escenarios de las consecuencias de las crisis, hacer todos los esfuerzos para reconducir las situaciones –pensando en los supremos intereses generales de la ciudadanía-, aportar todo el raciocinio y toda la sensatez posibles con tal de restituir la estabilidad, favorecer el ánimo constructivo, medir el alcance e imaginar los escenarios, todos.
Y eso hay que hacerlo con frialdad, con cordura, con buen talante y con unas mínimas dosis de estrategia a corto y medio plazo. Sobre todo, pensando. Valorando lo que mejor proceda, después de los inevitables sofocos de las primeras horas de la crisis desatada. Ahí se ponen a prueba los liderazgos, la generosidad, la visión estratégica y hasta los propios resortes democráticos.
Pero está todo tan encanallado, tan revuelto, tan intrincado, tan paisaje de jungla que hasta lanzar mensajes apelando a estas cualidades puede resultar contraproducente. Pero quienes nos resistimos a dejarse llevar por la corriente, perseveraremos. Aunque reconozcamos que toda mala situación tiende a empeorar. El día después es más importante, entonces, que la propia crisis y la conjunción de factores que la gestan y dinamizan.

2 comentarios:

Ricardo Soriano dijo...

Mucha vanidad y demasiada supervivencia individual en el cargo es lo que dejan traslucir la mayoría de las declaraciones. Continúa vigente aquella viñeta de El Roto que decía "la derecha CON la derecha, la izquierda CONTRA la izquierda"
Ricardo Soriano

Carlos Izquierdo dijo...

La falta de unidad con la Secretaría general y los egos con las que se han hecho algunos dirigentes autonómicos, que ya se creen los mas influyentes de la sociedad, hace que se desmoronen o desgarren unos principios que cada vez parece que van a menos.... e insisto una conversación privada debe quedar como tal, sino para que valen...

Carlos Izquierdo