viernes, 17 de agosto de 2018

EL RINCÓN

Han resucitado El Rincón, el Plan Especial -¿por qué será que en Canarias todo lo que sea planificación termina no siendo viable?- y buena parte de la incertidumbre que envuelve este espacio, considerado el último reducto verde del valle de La Orotava. Desde que surgió, hace décadas, la posibilidad de urbanizar y de cambiar el modelo de desarrollo dejando puertas abiertas al sector turístico, la resistencia de organizaciones ecologistas y la incertidumbre que inundó a algunos propietarios alimentaron una controversia que se calmó cuando, debatido el asunto en sede parlamentaria, alumbraron un Plan Especial que parecía contentar a casi todos o, al menos, sirvió para calmar las aguas revueltas de un territorio que se veía seriamente amenazado.
Pasaron los años con evidente quietud, esto es, sin que se detectara mayor interés en ejecutar el Plan que, si no recordamos mal, llegó a contar con dotaciones presupuestarias. En la legislatura 2011-15, siendo presidente del Gobierno Paulino Rivero, algunos se acordaron de que había bases para trabajar y lo intentaron, pero sin avances notables. Hasta se constituyó un Consorcio, con participación de administraciones y de agentes sociales, pero seguía faltando iniciativa y capacidad ejecutiva. El Rincón dormía el plácido sueño de la quietud. Seguro que más de uno señaló: “Mejor, no menearlo”.
Hasta que la consejería de Política Territorial, Sostenibilidad y Seguridad del Gobierno de Canarias ha despertado al Plan de su letargo para promover una modificación sustancial del mismo, hecho que no ha gustado nada a la Coordinadora El Rincón al interpretar que se trata de una revisión total que, en la práctica, significa algo así como volver al punto cero y volver a empezar. No están de acuerdo en la Coordinadora, claro, donde lamentan el tiempo perdido y los recursos públicos malgastados, a riesgo de reeditarlos.
He aquí entonces que la “resurrección” del asunto viene acompañada de polémica. Las partes implicadas sabrán valorar hasta dónde podrán llegar en vísperas de unas elecciones autonómicas, cuando nadie quiere mojarse mucho en asuntos de ordenación del territorio. Tendrán que dilucidar, por cierto, lo concerniente a la evaluación de impacto ambiental, declaración absolutamente indispensable para una actuación de estas características y que debería servir de balance en todos los sentidos. La Coordinadora, es curioso, está bastante de acuerdo con las disposiciones relativas a energías renovables y movilidad, de ahí que se muestre partidaria de modificaciones menores o puntuales.
Lo cierto es que vuelve a hablarse de EL Rincón y con perspectivas llenas de claroscuros. Sabiendo que hay intereses diversos, instituciones -algo tendrán que decir los ayuntamientos de la zona- y agentes sociales deberían aprovechar los consensos alcanzados en su momento, las ententes a las que pudieron llegar en busca de una solución satisfactoria donde primasen criterios de sostenibilidad. Si tienen que volver a dialogar, el espíritu de tiempos pasados es básico. Si lo que se pretende es encontrar subterfugios para prolongar la inacción o tener un pretexto para no avanzar, quédense donde están. Es verdad, mejor no menearlo.

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