miércoles, 4 de septiembre de 2013

MENOS TRIUNFALISMO

A estas alturas, se dirán en el PP, qué más da que sea la secretaria general la que anuncie y valore los datos del desempleo. Total, la ciudadanía no va a reparar en esa intromisión y en ese uso descarado de los registros desde un ángulo nítidamente partidista. Además, anda el partido gubernamental -y su secretaria general- tan necesitado de buenas noticias, de datos favorables, que al anticipo hecho por el presidente en la despedida del verano y refrendado ante el comité nacional, una tercera versión de María Dolores de Cospedal, matizada por ministros, más realistas y prudentes, solo contribuiría a fortalecer el mensaje como muy bien el derecho mediático se encargó de destacar. La ansiedad les confunde en la interpretación de la realidad: acaso no sean conscientes de que se están engañando a sí mismos.


Pero si reprobable es -al menos formalmente- el uso partidista de los datos de un problema estructural del país, al que una reforma laboral no logra dar solución, inaceptable resulta el triunfalismo con que fueron presentados los registros del paro del mes de agosto. Hay que alegrarse, naturalmente, del descenso en treinta y una personas -siempre que una encuentre trabajo, es motivo de alegría- y que ese dato sea el mejor desde el año 2000, pero no se puede presentar como un avance -“histórico”, se ha llegado a decir- cuando se ha sabido que la afiliación a la Seguridad Social se ha reducido en casi cien mil personas, o lo que es igual, que se han destruido casi cien mil empleos.

Este dato corrobora la impresión de los últimos meses y que ya hemos apuntado en alguna ocasión: los descensos en el paro obedecen a que la gente ya no se inscribe en las listas de desempleo o no renueva su inscripción, tal es su desesperanza. He aquí la prueba de: desde agosto del año pasado, la Seguridad Social ha perdido casi seiscientos mil cotizantes, pero el paro contabilizado solo se ha incrementado en setenta y tres mil. Ello pone de manifiesto que hay parados que no se inscriben en las oficinas del INEM o de los servicios autonómicos de empleo, que están sin trabajo y sin prestación y que ya se han marchado de nuestro país.

Si a lo dicho se añade que el escaso empleo generado es precario, como que el 94% de los contratos registrados en agosto han sido temporales y solo un 6% fueron indefinidos, y que éstos cayeron con respecto a julio un 16%, se comprobará que no había razones para ese triunfalismo ansioso y desconcertante con que la secretaria general del PP trasladó a la opinión pública las cifras y las valoraciones subsiguientes del estado más reciente del principal problema que arrastra el país.

El problema añadido es que así no se gana credibilidad

No hay comentarios: