viernes, 18 de octubre de 2013

EXCLUSIÓN INACEPTABLE

Ni en el fondo ni en las formas. El nombre de Leonarda Dibrani, una niña de quince años, de origen kosovar romaní, deportada sin miramientos de Francia, está ya asociado a la parte más oscura de la exclusión social. Ni más ni menos que en Francia han ocurrido los hechos. Cabe preguntarse a dónde fue a parar la "grandeur". Es normal que hayan arreciado las críticas desde las propias filas socialistas a la decisión gubernamental.
Son las contradicciones de nuestro tiempo. Tanto discurso de integración, de unión, de la Europa de los ciudadanos y de los pueblos, y luego resulta que se produce una decisión de este tipo: expulsar a una niña componente de una familia gitana. Oírla fue una extraña delicia: este es mi país, yo quiero vivir aquí, aquí están mi colegio y mis amigas... Pero la Francia de la igualdad, de la legaidad y de la fraternidad, se ve sacudida por vientos xenófobos y racistas y un gobierno socialista decide combatirlos con exclusiones sociales. Inaceptable. Cada país y cada Gobierno pueden fijar sus propias leyes, pueden regular el régimen y las condiciones de los extranjeros en su suelo. Pero no parecen consecuentes ciertas decisiones con los discursos que se predican.

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