lunes, 7 de octubre de 2013

PORVENIR DE UN RECINTO

El recinto guarda toda una historia desde su habilitación misma, a raíz de un pavoroso incendio en febrero de 1965. Alguna aproximación a la misma hemos hecho: festivales artísticos, espectáculos, convocatorias, bautismos políticos, conciertos musicales, carnavales, teatro, congresos, deportes, personajes y un rico anecdotario. Ha sido, sin duda, un espacio multiusos, en su día muy avanzado -tanto al aire libre como cerrado- pero con el paso del tiempo, obsoleto, poco operativo y, sobre todo, insuficiente, impropio de una ciudad llamada a tener durante todo el año actividades públicas de postín que requieren de un lugar adecuado para su desarrollo.
            Pero hay que empezar a hablar de futuro del parque San Francisco, así denominado para facilitar la localización de toda la vida. El Consorcio Urbanístico para la Rehabilitación Turística del Puerto de la Cruz había convocado un concurso de ideas para su remodelación y las setenta y siete propuestas que han sido presentadas dan una idea del interés con que se lo han tomado arquitectos, proyectistas y profesionales que ven la oportunidad de llevar a cabo una actuación que, independientemente de registrar su sello personal, ha de significar -esto es lo importante- la dotación de una instalación muy necesaria en pleno centro de la ciudad, en una calle (Agustín de Bethencourt) que, paradójicamente, tras el cierre del parque, ha cobrado un tránsito comercial y de consumo muy notable.
            Habrá que estar atentos a las soluciones de los participantes en el concurso, partiendo de que se quiere, básicamente, un auditorio con aforo de ochocientas plazas; establecer la sede del Museo de Arte Contemporáneo Eduardo Westerdhal (MACEW); sala de exposiciones y espacio para usos como tiendas, restaurante y/o cafetería. Atentos por dos hechos que pueden resultar un corsé: por un lado, hay que ensamblar con exactitud la unión o la integración con la iglesia de San Francisco, la primera construcción civil del municipio, la cual está catalogada como Bien de Interés Cultural (BIC). En este mismo orden, habrá que observar el tratamiento que reciban en la actuación proyectada los inmuebles o parcelas adyacentes. Y por otro, si es posible contar -se supone que ello encarecería considerablemente cualquier tipo de obras- con un aparcamiento subterráneo al que se accedería por cualquiera de las dos vías peatonales en las que se encuadra la parcela. La dotación no es indispensable, desde luego, si se garantiza que la habrá en el futuro parque marítimo, a escasos trescientos metros de la localización que referimos.

            Es pronto para hablar de financiación pues, que se sepa, hasta el momento solo se conoce que el primer premio del concurso, dotado con veinte mil euros, conlleva la contratación de la redacción del proyecto que tiene un presupuesto de ciento setenta mil euros. En noviembre, dispondremos de las primeras soluciones con las que podrá hablarse del porvenir del parque San Francisco con más fundamentos.

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