sábado, 5 de octubre de 2013

LAS VEGAS

Allí, el primero, nada más traspasar esa suerte de frontera que era el recinto de la ermita de San Telmo y adentrarse en el corazón turístico de Martiánez, aparece con su peculiar arquitectura, como enseñoreándose, el hotel Las Vegas, desde hace unos años encuadrado en el potente grupo Catalonia.
    Las Vegas fue siempre un establecimiento distinguido, donde se forjaron numerosos profesionales portuenses. Y no solo los que trabajaban cara a los clientes. Fue hasta cuna de sindicalistas.
    A la hora de recordar, hay que señalar aquella terraza del hotel que fue escenario o plató televisivo en la primera década de los sesenta del pasado siglo, aún en blanco y negro. En ella realizó Televisión Española (TVE) un inolvidable programa, ‘Musical 14.05’, con el que almorzábamos casi a diario. Presentado por el chileno Raúl Matas, con el paso del tiempo, uno de los mejores dominadores del medio. Por ese espacio desfilaron Los Rivero, Las hermanas Benítez, Los cinco latinos, José Guardiola, Tony Escudero y otras figuras de la época. Y en aquella terraza se hicieron ambientaciones en torno a los ritmos bailables de entonces, la Yenka, por ejemplo, con Jhonny and Charlie (“Vengan chicos, vengan chicas a bailar…); y el Quando, cuya procedencia, francesa o italiana, despertó alguna polémica. “Lo baila Mary Santpere, lo baila Robert Jeantal y Charles Aznavour lo quiere como himno nacional…”, decía una de las estrofas de cierta versión. A Jeantal, por cierto, se le conocía como el Sinatra francés.
    Las Vegas fue también un hotel de película. En exterior día, y también en sus dependencias interiores, fueron rodadas varias escenas de la película “Escala en Tenerife”, protagonizada por Ramón Arcusa y Manuel de la Calva, el Dúo Dinámico. La cinta fue dirigida por Leon Klimovsky y en ella aparecen unos cuantos trabajadores del establecimiento que se convirtieron pues en actores por un rato. Los niños que entonces cursábamos bachiller acudíamos a la salida de clase hasta la plaza de los Reyes Católicos para seguir algunas escenas del rodaje.
    Las Vegas, durante el esplendor turístico del Puerto de la Cruz, fue de los hoteles vanguardistas en la organización de las celebraciones de fin de año. El anuncio de la cena-cotillon, con orquesta en directo, aparecía siempre destacado en los periódicos locales unos días antes de la Nochevieja. La elegancia de los asistentes (esmoquin los hombres y traje largo las mujeres) era una de las notas sobresalientes que numerosos espectadores admiraban a su paso animado por la avenida de Colón.
   Igualmente, hay que reseñar su contribución a la transmisión televisada del coso portuense de Carnaval: desde aquella terraza y también en la azotea eran instaladas unas cámaras que captaron las mejores imágenes de aquel desfile que durante muchos años se hacía en la tarde de los lunes. La fama cobrada alcanzó tal nivel que los responsables del coso transmitían a los directores de grupos y comparsas que tuvieran mucho cuidado -y mucho ritmo- al aproximarse al hotel Las Vegas pues allí estaban las cámaras de TVE.
    Las Vegas tiene, desde luego, una rica historia hotelera. Pese a las obras y las readaptaciones, siempre conservó ese aire señorial que le hace superar clichés de la época desarrollista. Seguro que acogió a destacados huéspedes. Y seguro que siempre será respetado como otra referencia de la identidad de la oferta turística portuense.

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