viernes, 28 de febrero de 2014

UN MENSAJE LIBERADO

Menos mal que hubo cordura y al final el Comité de Apelación de la Federación Española de Fútbol restiró la sanción de dos mil euros impuesta un jugador del real Jaén que, tras anotar un gol, enseñó la camiseta interior escrita con un mensaje de apoyo a los niños (‘pequeñines’, pintó) enfermos de cáncer.


No se entendía bien la medida -aunque interpretada al pie de la letra del reglamento tiene pocos ángulos que discutir- cuando, pocas fechas, antes otro organismo federativo había impuesto una multa de seiscientos euros al club Atlético de Madrid por el lanzamiento de un objeto que dio en la cabeza de un jugador del Real Madrid a la terminación del encuentro de Copa.

La desproporción era evidente. La comparación no se resiste: un hecho violento frente a un mensaje de ánimo para menores afectados por un mal de salud. Sabemos que el rasero de la disciplina futbolística es muy voluble pero un hecho como el comentado, un mensaje puro, inocente, y por supuesto, inocuo, mostrado como han hecho otros tantos jugadores, no puede tener ese precio, no puede valer esos dos mil euros de sanción. Sobre todo, después de contrastar la cantidad de barbaridades y de fechorías que se cometen en esos campos.

Que se hayan aplicado criterios de excepcionalidad, templando el rigor del precepto, y que se haya tenido en cuenta la falta de publicidad, ha sido lo más procedente. Menos mal.

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