Jorge
Pérez Rodríguez (La Laguna, 1971) exhibe en el Instituto de Estudios Hispánicos
de Canarias (IEHC) sus lúcidas interpretaciones de San Borondón. En treinta y
dos cuadros, de distinto tamaño, divididos en tres bloques: la obra pictórica
original, trabajos al óleo; la obra gráfica, con una serie de reproducciones y los bocetos, hechos a lápiz,
grafito y creyón. La isla imaginaria, la isla invisible, el territorio mágico y
fabuloso, espléndido y fértil para la creatividad literaria y pictórica, lucen
sugestivos y atrayentes abriendo claramente las ventanas de una nueva
experimentación a cargo del artista.
El manuscrito de la Navigatio Sancti
Brendani (La navegación de San Brendano), a cargo de monjes evangelizadores
irlandeses, redactado en torno a los siglo X y XI, inspira a Pérez, que insiste
en una obra pletórica de fantasía, sin límites a la hora de expresarse. “No
encontramos plantas sin flores ni árbol sin frutos. Las piedras allí son preciosas”,
dice el texto traducido y el pintor se recrea. Reaparece, como la isla,
como la tierra de promisión que aquéllos buscaron, para dejarnos esta peculiar
realidad, impregnada de variedad polícroma, tan dinámica, tan viva. Claro: sus
fortalezas están en el dibujo, en la línea, de modo que el acabado final sea
tan detallado y a partir de esa solidez sea posible admirar el colorido de sus
cuadros. Cree Pérez que el óleo, la pintura tradicional, tienen mucho terreno
por donde discurrir y descubrir, aunque
las nuevas tecnologías atrapen y resulten utilísimas a la hora de hacer una
composición, por ejemplo.
Así, poniendo un punto seguido con esta
exposición, piensa ahora en un libro que le libere de la propensión al
encasillamiento que él mismo reconoce. Quiere superar lo monotemático, después
de haber exprimido, fiel a sus ideas, el viaje legendario de Brandán (Brendani)
traducido en un discurso artístico minucioso después de haberse sumergido en un
concepto al que exprime todo el jugo, “tratando mucho el detalle y haciéndolo
sin fronteras -explica- siempre intentando añadir algo nuevo para poder seguir
creciendo en mi propia imaginería y aumentar de este modo mi vocabulario
pictórico”.
Jorge Pérez navega, pues, con otros
rumbos. Empiezan a quedar algo lejos las influencias del 'cómic' y del propio
Dalí. Pero prevalecen los afanes de originalidad que seguro será apreciada en
la pintura al óleo y al grafito que son sus técnicas preferidas. En el IEHC
deja un sello inconfundible, en su momento exploratorio: en cierto modo, un
tributo a la fábula y la leyenda, interpretaciones inagotables que subliman el
misticismo. Su libro en proyecto, según parece, aspira a ser una cierta
liberación.
Veremos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario